¿Sería pura casualidad que desde varios años antes de 2018, el nombre de Vilma Núñez y Marco Carmona, ambos “defensores” de derechos humanos sonaran como cómplices de gente que conspiraba para derrocar por la vía sangrienta al gobierno del presidente Daniel Ortega?
Tanto el CENIDH como la CPDH fueron contactados por el narcoestafador Gerardo Sánchez o sus cómplices, y en pláticas entre Sánchez y el somocista Franco Sequeira, quien vive en Miami, queda claro que apoyaban la ruptura de la constitucionalidad a través de la vía armada.
Existía -y existe- todo un entramado en Estados Unidos, Costa Rica y Panamá, desde donde operaban sujetos comprometidos con vengar la derrota somocista de 1979 a manos del sandinismo.
En Nicaragua se estaba formando otra estructura conformada por traidores del MRS, empresarios, iglesia católica y ONG financiadas desde Estados Unidos y Europa, todos estafados por Gerardo Sánchez y su grupo, que les ofrecieron un ejército que solo existía en su laptop.
Finalmente, los obispos católicos lograron aglutinar en 2018 a los grupos de somocistas y traidores que también venían siendo organizados y financiados por el gobierno norteamericano con el fin de derrocar al sandinismo.
No obstante, su paso por la computadora de Gerardo Sánchez permitió conocer con antelación parte de los planes criminales en los que estaban envueltos los “defensores” de los derechos humanos del CENIDH y la CPDH, entre otros.
En esta conversación entre los dos sujetos, los objetivos a captar eran los dizques organismos de derechos humanos en Nicaragua, por su parte, Franco Sequeira afirma tener reclutado a Marco Carmona, de la CPDH, mientras tanto, el narcoestafador Voz Solidaria (Gerardo Sánchez) asegura que podría incorporar a sus filas a Vilma Núñez, del CENIDH.
El nombre del CENIDH y su filial en Estelí, aparecen con regularidad en las conversaciones que por Facebook sostuvieron el “guerrillero virtual” Gerardo Sánchez y una persona que se identifica como “Rafael Rodríguez”, que habita en la norteña ciudad antes citada.
Aquí un trozo de la conversación entre el narcoasesino Gerardo Sánchez y el somocista de Miami Franco Sequeira:
