México: secuestro de 4 estadounidenses en Matamoros conmociona a ambos países

El secuestro de cuatro estadounidenses en la ciudad de Matamoros, al norte de México, ha conmocionado a los dos países, pero poco se ha dicho de otra víctima de ese suceso: una mujer mexicana que murió en medio de la balacera que se produjo durante el plagio de los norteamericanos.

Apenas el martes, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, informó que la muerte de la ciudadana mexicana estaba asociada con el secuestro de los cuatro estadounidenses, dos de los cuales fueron hallados muertos. «Son tres personas que perdieron la vida, una de ellas una mujer joven de 33 años, connacional», detalló el político durante una conferencia de prensa.

La autoridad local explicó que en un inicio se pensó que el asesinato había sido producto de un evento adicional, dado que la mujer murió por un balazo a casi una cuadra y media de distancia de donde originalmente sucedieron los hechos.

Versiones extraoficiales refieren que la mujer sería una obrera que trabajaba en una empresa maquiladora local y que tendría una hija.

Por su parte, testigos presentes el día del crimen, detallan que la víctima se encontraba esperando el transporte que la llevaría a su casa, cuando comenzó la balacera en contra del vehículo donde viajaban los estadounidenses. Desafortunadamente, en medio del tiroteo, una bala perdida impactó la cabeza de la mujer, lo que provocó que se desplomara a las afueras de un negocio.

Después de que miembros del Ministerio Público y del Servicio Pericial verificaran los hechos y recolectaran las pruebas necesarias para investigar el ataque contra los cuatro turistas de Carolina del Sur, el cuerpo de la mujer fue retirado por personal de una funeraria cercana.

¿Qué sucedió?

El viernes 3 de marzo, cuatro estadounidenses que viajaron a México por motivos médicos fueron interceptados y atacados por presuntos miembros del crimen organizado, quienes los habrían confundido con supuestos narcotraficantes.

Los norteamericanos fueron privados de su libertad por cuatro días, hasta que la mañana del martes fueron rescatados por las autoridades mexicanas.

Dos de los estadounidenses perdieron la vida, mientras que una mujer fue rescatada ilesa y un hombre con una herida en la pierna. Las víctimas fueron trasladadas a Texas para su tratamiento.

La versión más sólida de los hechos apunta que los perpetradores del crimen serían miembros del Cártel del Golfo, que opera principalmente en Matamoros, así como en otras ciudades de Tamaulipas.

 

Fiscal General de los Estados Unidos se pronuncia

El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, señaló este martes en rueda de prensa que «el Departamento de Justicia será implacable en la búsqueda de justicia» por el secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses en Matamoros, México.

Según comentó, luego de que las víctimas fueran secuestradas el 3 de marzo, el FBI contactó inmediatamente con las Fuerzas de Seguridad mexicanas «en un esfuerzo por localizar a las personas secuestradas».

Asimismo, ofreció sus condolencias a los familiares de las dos víctimas secuestradas que fueron halladas sin vida, y confirmó que las dos personas rescatadas se encuentran recibiendo tratamiento médico en Estados Unidos.

«Haremos todo lo que esté en nuestra mano para identificar, encontrar y hacer rendir cuentas a los individuos responsables de este ataque contra ciudadanos estadounidenses», indicó Garland.

Embajador de EE.UU. en México apunta contra cártel del Golfo

El embajador de EE.UU. en México, Ken Salazar, lamentó la muerte de dos estadounidenses que habían sido secuestrados junto a otras dos personas el pasado 3 de marzo, en la ciudad mexicana de Matamoros (Tamaulipas), e hizo un llamado para aumentar la cooperación entre los dos países para combatir al crimen organizado.

«Lamentamos los asesinatos de los dos ciudadanos estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, y nos unimos a la pena de sus seres queridos», escribió en un comunicado.

En esa línea, Salazar destacó que Tamaulipas representa «un riesgo por los alto niveles de criminalidad y violencia», tras dejar en claro la preocupación de Washington por «el control que ejerce el cártel del Golfo en la zona conocida como la frontera chica».

«Estos hechos de violencia son un trágico recordatorio que nos exige reafirmar el compromiso de nuestros gobiernos para asegurar nuestra frontera compartida y fortalecer el combate a las organizaciones criminales trasnacionales. Sabemos que es posible, y lo tenemos que lograr, ya que de ello depende el bienestar de nuestros ciudadanos», agregó.

El diplomático destacó que este caso muestra que «es crucial mantener una estrecha colaboración» entre ambos gobiernos.

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