El “encanto” de las Fundaciones de los Chamorro

Durante algún tiempo no fue muy extenso el directorio telefónico de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro. Es que no necesitaba muchos contactos. Le bastaba con los números de su principal financiador, la USAID, con oficinas que alberga la Embajada de los Estados Unidos en Managua.

El resto se resolvía fácilmente para Cristiana Chamorro Barrios: llamadas a los primos de La Prensa y del antiguo El Nuevo Diario y al hermano en Confidencial, Esta Semana, Esta Noche, etc., para solicitar el envío de trabajos periodísticos “premiables”.

Desde su creación en 1997 la Fundación de los hermanos Chamorro Barrios, utilizando la figura de doña Violeta, su mamá, quien acababa de terminar su periodo presidencial, ha recibido millones de dólares del gobierno norteamericano y de organizaciones ultraderechistas que buscan desestabilizar y derrocar gobiernos considerados hostiles a la política de EU.

Desde antes de la derrota electoral del FSLN en 1990 y la posterior defección de un grupo de su militancia que decidió que ya bastaba de revolución y de izquierda y se pasó con todo y cartucheras a las filas de la derecha local a través del MRS, los Chamorro Barrios habían logrado también “encantar” a un grupo de periodistas otrora identificados con el sandinismo.

Carlos Fernando Chamorro Barrios, ex director de Barricada, el diario del FSLN en los años 80, tenía gran ascendente sobre algunos de sus pupilos “rojinegros”, mismos que terminaron laborando en La Prensa tras una cruel barrida del personal que acompañó al diario de la carretera norte durante su enfrentamiento con la revolución sandinista.

Fue en esa época que se percataron de lo sencillo que era controlar al débil periodismo nicaragüense, cuyas organizaciones gremiales nunca defendieron a sus asociados. ¿Sabían ustedes que gran parte de los mandos de la Redacción de La Prensa fueron periodistas de Barricada? Tenían que sobrevivir, estamos claros, y no los estamos censurando por cambiar de acera.

Tras fracasar en el intento de tomarse Barricada, Carlos Fernando Chamorro Barrios creó su propia Fundación a la que nombró CINCO, con la que alimenta financieramente al grupo editorial de su propiedad que tiene a la publicación “Confidencial” como su principal representante.

¿Fue casualidad que los hermanos Chamorro Barrios se apartaran de los cargos directivos en La Prensa, de la cual son socios con muchas acciones, para aventurarse en la creación de organismos que requieren del apoyo económico foráneo para cumplir con sus expectativas?

Por lo que hemos publicado en Nicaleaks y por documentos inéditos en nuestro poder, creemos que al lanzarse a tal aventura ya contaban con el respaldo necesario de la USAID y varias organizaciones de Estados Unidos y Europa que, aprovechando el derrumbe del campo socialista (incluyendo la derrota electoral del FSLN), se tiraron a darle la estocada final a la izquierda.

Los contactos de los Chamorro Barrios, tanto de los renegados de la izquierda a nivel mundial como de la ultraderecha controlada por Estados Unidos, les permitieron contar con el apoyo de numerosas ONG pro gringas que bajo el argumento del apoyo a la libertad de prensa, introducen millones de dólares cuyo destino verdadero es totalmente oscuro, amén de la buena parte que se embolsan los administradores locales en salarios y regalías.

Fue así que desde sus respectivas Fundaciones, los hijos de doña Violeta se lanzaron al control del periodismo nacional, labor que iba viento en popa hasta que el FSLN retornó al poder en 2007 y ofreció una alternativa a los hombres y mujeres de prensa.

Allegados a los Chamorro Barrios están convencidos de que los “observatorios de medios”, “Confidencial”, “Esta Noche”, “Esta Semana” y los etcéteras que le siguen, buscan crear una plataforma para retornar a la Presidencia de la República.

Lo intentaron con el ya fallecido Antonio Lacayo y su Pronal. No tenían vientos favorables entonces, pero pese a que han avanzado en edad, consideran que todavía tienen posibilidades.

Por lo anterior es que a Cristiana Chamorro Barrios parece no interesarle mucho las guías telefónicas extensas. Basta con los números de la EMBUSA, que aloja a sus padrinos políticos y económicos.

 

 

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