A varios miles de kilómetros de EE.UU., escondido en un lugar totalmente clasificado en el enorme territorio ruso, reposa un búnker que podría acabar con Estados Unidos y gran parte de la humanidad.
En el marco de acusaciones mutuas y amenazas en torno al problema del programa nuclear de Corea del Norte surgen varias hipótesis sobre el posible guion de una guerra que acabe con la humanidad y en ese caso nadie saldrá ganador.
Rusia posee la única arma en el mundo que garantiza un ataque nuclear de represalia contra el enemigo, incluso en el más espantoso de los casos: cuando en el país no queden personas vivas capaces de ordenar tal contraataque. Este sistema único contraatacará automáticamente y sin piedad.
Imaginen la opción más terrible para Rusia: un ataque nuclear preventivo es realizado contra el país, en el que miles de ojivas nucleares de Estados Unidos se lanzan para arrasar las ciudades e instalaciones militares rusas. Y mientras el mando político y militar ruso intenta aclarar qué está pasando, las principales ciudades, centros industriales y militares, centros de control y comunicación son destruidos por un golpe masivo. El poderoso arsenal nuclear del que dispone el país no podría ser usado a falta de comunicaciones y la muerte de las personas capaces de lanzar un ataque de respuesta.
En el mismo momento en que los generales de los países enemigos levantan las copas de la victoria, sucede algo impensable: un país ‘muerto’ y destruido parece cobrar vida. Miles de misiles con cargas nucleares se precipitan hacia las naciones occidentales, acabando con los generales que no han podido ‘rematar’ sus botellas de champán, acabando con las grandes ciudades, bases militares, centros de mando. ‘Los ganadores’ perecen también.
¿Qué es el sistema Perímetr?
Conocido en Estados Unidos como ‘la Mano Muerta’ (‘Dead Hand‘), el sistema fue desarrollado en la URSS en plena Guerra Fría y puesto en servicio en 1985, a raíz de la aparición en EE.UU. de la doctrina de la ‘Guerra Nuclear Limitada’, que preveía la realización de ataques contra los objetivos más importantes: silos de lanzamiento de misiles nucleares, bases aéreas de bombarderos estratégicos, grandes núcleos de transporte e industrias.
El resultado de este ataque demoledor debía ser la destrucción de los centros de mando militar y político del enemigo, evitando que alguien pudiera tomar la decisión de efectuar un ataque de respuesta.
De allí su temible nombre. ‘La Mano Muerta’ se hará cargo de una ‘venganza garantizada’ en caso de muerte de todo el mando militar y político del país y la destrucción de sus centros más importantes.
¿Cómo funciona el Perímetr?
La punta de lanza del sistema son misiles balísticos que sobrevuelan distintas partes de Rusia. Sus ojivas no portan cargas termonucleares, sino potentes transmisores que emiten señales de control a los sistemas de misiles balísticos con ojivas nucleares: estén instalados en silos, aviones, submarinos o sistemas móviles con base en tierra. El sistema está totalmente automatizado, el factor humano en su funcionamiento está excluido o minimizado.
A partir de allí todo está envuelto en un misterio, hasta el lugar en que encuentra su puesto de mando con un grupo de oficiales capaces de poner fin a la historia de la humanidad.
Algunos colegas de estos oficiales de vez en cuando aparecen incluso en televisión, siendo la sombra de los máximos líderes del país con un modesto maletín negro [curiosamente siempre han llevado un uniforme de oficiales de la marina]. Su portafolio encierra el principal elemento de control del sistema que manda todos los misiles estratégicos del país, que se llama ‘Kazbek’, y que se conoce por su subsistema de comunicación, Cheguet, con frecuencia llamado ‘maletín nuclear’.
Pero es solo una parte visible de este ‘iceberg’. El Perímetr apretará el gatillo de un ataque nuclear incluso si falla el Kazbek y están muertas las personas que portan ese maletín.
Hasta en el caso más dramático del inicio de la guerra para Rusia y la muerte de todas las personas clave y la destrucción de todas las comunicaciones, en un búnker de paradero desconocido se encuentran otros oficiales que darían la señal de lanzar los misiles y mediante las señales que emitirán, se produciría el lanzamiento automático de todos los misiles con cargas nucleares: sea en silos, en submarinos o en instalaciones móviles.
El uso de misiles como un medio de comunicación en una situación de emergencia es bastante lógico: la mejor señal pasa de arriba a abajo. En este caso el Perímetr no es algo único. Estados Unidos tiene un sistema similar, llamado ‘ECRS’, o ‘Emergency Rocket Communications System‘, pero su objetivo no es lanzar misiles directamente, sino entregar la señal para su lanzamiento a unidades de fuerzas estratégicas.
El sistema ruso reduce este eslabón de toma de decisiones de ataque nuclear, ya que su objetivo principal es activar una inminente represalia en caso de que fallezca todo el mando militar y político, y por lo tanto no depende del ‘maletín nuclear’ portado a la sombra del presidente.
El sistema ruso reduce el número de eslabones de la cadena de toma de decisiones sobre el lanzamiento de misiles nucleares, por la sencilla razón de que fue ideado como un ataque de represalia garantizada en caso de la destrucción del mando y del país.
¿Cuándo y en qué circunstancias se activa?
En caso de un ataque a gran escala con armas nucleares, confirmado por los datos del sistema de alerta temprana sobre ataques con misiles, todo el sistema automáticamente pasa a funcionar en modo de combate. Si después de cierto tiempo el Perímetr no recibe la señal de lanzar los misiles (por ejemplo, los miembros del mando militar y político han muerto), el sistema tomará tal decisión por sí mismo.
El sistema recibe información de gran cantidad de sensores, analiza la intensidad de los intercambios de comunicación en la cúpula militar enemiga y la telemetría desde los puestos de las tropas de misiles estratégicos.
Incluso el sistema puede actuar sin recurrir al máximo mando militar del país (Kazbek). Al descubrir, por ejemplo, múltiples fuentes puntuales de radiación electromagnética intensa e ionizante y compararlas con los datos sobre movimientos sísmicos en lugares con las mismas coordenadas, el sistema llega a la conclusión de que se trata de un ataque nuclear a gran escala y activa la represalia.
En este caso el Perímetr puede dar la señal de ataque incluso sin la autorización del Kazbek.