Nicaragüenses “botan” a traidores de la derecha

Como era de imaginar, la rabia y amargura experimentadas por grupos políticos y ONG opositores, sobre todo de aquellos que se autoproclaman defensores de los derechos humanos, así como de sus medios de comunicación aliados, especialmente La Prensa y Confidencial, no se hizo esperar luego de que en Nicaragua se celebraros los comicios municipales en orden, tranquilidad y transparencia.

A las inútiles maniobras de estos grupos antipatrióticos por desacreditar los comicios, se suma la impotencia de ver cómo la población asistió a esta fiesta cívica a elegir a las autoridades edilicias de 153 departamentos, haciendo caso omiso a toda la campaña de odio lanzada antes, durante y ahora después del proceso electoral que culminó con un rotundo triunfo de los candidatos del FSLN a nivel nacional.

De todas estas acciones en contra de las elecciones municipales por parte de sus detractores, no se salvó ni siquiera la Misión Electoral de la OEA nombrada por sus miembros para el Acompañamiento y Observación del proceso, a quienes estos indignos nacidos en Nicaragua de forma irrespetuosa acusaron de vendida y fraudulenta, sobre todo al Jefe de la delegación, doctor Wilfredo Penco.  

Ahora que las elecciones concluyeron en estricto apego a la ley, con irregularidades que se dieron de forma aislada y que se subsanaron satisfactoriamente, recurren a esa misma Misión Electoral de la OEA que vilipendiaron, con denuncias de “persecución” y “maltrato físico” de miembros de partidos opositores, con el fin de que el informe que presenten en Washington sirva como última carta para que se apruebe la Nica Act en el Congreso EU.

Un ejemplo claro de la desesperación y la intransigencia de aceptar que los comicios se llevaron a cabo con un alto ejemplo de civismo por parte de los nicaragüenses, es todo el veneno que destila La Prensa con el vano afán de manipular la opinión nacional y sobre todo internacional, de un proceso electoral que los mismo electores que participaron en las votaciones y antes en la campaña, calificaron como un deber ciudadano.

La Prensa, de forma sesgada e infructuosa habla de “regalos del Consejo Supremo Electoral (CSE) al FSLN”, que los votantes acudieron a la urnas de “gota en gota”, “abstencionismo de más de un 70 por ciento”, “agresiones”, “pastoreo”, incluso que hasta el presidente de la República, Daniel Ortega se molestó por la baja participación ciudadana, pero la verdad es que ni ellos mismos se creen este consuelo de tontos.

En los medios televisivos se pudo observar la afluencia de la población nicaragüense a las urnas, aunque ciertamente no tan masiva con en las elecciones generales, pero con una vasta representación de diferentes sectores de la sociedad, entre ellos altos funcionarios de las diferentes instituciones del Estado, jerarcas de la Iglesia Católica y Evangélica, así como directivos de la empresa privada y de AMCHAM.

Más allá de los resultados, que favorecieron de forma justa y transparente al FSLN, a como se puede comprobar mesa por mesa en la página WEB del CSE, la lección que se le brindó nuevamente a esta banda de traidores es que la gran mayoría de nicaragüense no se deja manipular ni manosear por todas esas burdas campañas de odio y patrañas, que para mayor de sus males al final permite reconocer las oscuras intenciones de sus promotores.

 

 

 

 

 

 

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