Fujimori sale libre

La salida del exmandatario de la clínica, tras ser indultado la noche de Navidad, aumenta la ola de rechazo contra la decisión del presidente Kuczynski.

 

El 23 de diciembre, el reo Alberto Fujimori fue llevado a la clínica Centenario –de la comunidad japonesa en Lima– por una taquicardia, y al día siguiente el presidente Pedro Pablo Kuczynski le concedió un indulto humanitario. Once días después, este jueves pasadas las 21:30 (hora local de Lima), ha salido del centro de salud en condición de libertad, con buen semblante y saludando a las cámaras. La puesta en libertad del exmandatario ha provocado una ola de rechazo en el país.

El autócrata –jefe de Estado entre 1990-2000– cumplió doce años de una condena de 25 por crímenes de lesa humanidad. En concreto, las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), cometidas por el Grupo Colina, un destacamento del Ejército creado durante su Gobierno y que asesinó a líderes opositores y a otros ciudadanos, incluso a un niño de ocho años de edad. En una segunda sentencia, fue condenado por robo, corrupción y el secuestro agravado del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer en 1992, luego del autogolpe de Estado.

El comunicado de presidencia que anunció el perdón la noche del domingo 24refería que exmandatario tenía “una enfermedad progresiva, degenerativa e incurable”. Fujimori, de 79 años, sufrió a fines de los 90 y en la década pasada un par de cirugías de cáncer a la lengua, que remitió, pero sufría problemas de presión arterial y vascular. En julio fue trasladado de su centro de reclusión, en un complejo policial, a la misma clínica a causa de una arritmia, o fibrilación auricular, es decir, una parte del corazón que latía a menor velocidad.

El informe médico que recomendó al presidente Kuczynski el indulto humanitario indica, entre otros puntos, que el encierro podía influir en el retorno de la leucoplasia en la lengua, sin embargo el exdirector de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Roger Rodríguez, dijo el miércoles que Fujimori tenía las mejores condiciones de reclusión, con un huerto, un tópico las 24 horas, un taller de pintura, y podía recibir visitas en número y tiempo ilimitado, todo lo contrario del hacinamiento o falta de atención médica que pueden padecer otros reos en Perú. El oncólogo peruano Elmer Huerta afirmó, por su parte, que no hay literatura médica que indique que la prisión sea causa de reaparición del cáncer.

El indulto presidencial se había estado fraguando semanas antes. El jueves 21, su hijo logró la adhesión de otros nueve parlamentarios fujimoristas para votar por la abstención en el debate para la destitución de Kuczynski. Fuerza Popular, el Apra y la izquierda extrema (Frente Amplio) exigían el cese del mandatario luego de la revelación de pagos realizados entre 2003 y 2014 por la empresa brasileña Odebrecht a dos firmas vinculadas con el presidente. Con esas diez abstenciones y el retiro de la izquierda moderada del hemiciclo, Kuczynski se salvó de ser destituido.

Fujimori salió de la clínica en una silla de ruedas, y se puso de pie para entrar a una camioneta de color negro, desde donde saludó a las cámaras. Estaba acompañado por su hijo menor, el congresista de Fuerza Popular Kenji Fujimori. El político se dirigió con su hijo a una urbanización en el distrito sureño de La Molina, una zona acomodada de la capital. “Muy contentos de darle la bienvenida a mi padre en esta nueva etapa de su vida”, tuiteó a su vez Keiko Fujimori, excandidata presidencial.

Fujimori huyó del país en noviembre de 2000 y renunció al cargo desde Brunei, luego de que un video demostró la red de corrupción de su gobierno y se desató una crisis política tras la fuga de su asesor Vladimiro Montesinos. Su mano derecha, jefe de facto de las fuerzas armadas, había vendido armas a las FARC, propició negocios ilegales en la compra de armas, y lideró una política de desapariciones y ejecuciones extrajudiciales bajo la máscara de operaciones antisubversivas.

Los dos bandos familiares

Horas antes del alta médica del autócrata, el partido Fuerza Popular difundió un comunicado en respuesta a exigencias del menor de los Fujimori, quien en la víspera pidió que su padre se convierta en consejero de la agrupación política y exigía la salida de la cúpula del partido de los dos principales asesores de su hermana y excandidata presidencial, Keiko Fujimori.

El Comité Ejecutivo Nacional de Fuerza Popular afirmó en un comunicado que los asesores Ana Vega y Pier Figari habían dejado sus cargos como miembros de dicho comité el 15 de diciembre, pero que les “renovaban la confianza” en el trabajo como asesores de la organización política. Vega y Figari sugirieron a la hija mayor de Fujimori no propiciar la liberación de su padre para que no fuera una sombra en su liderazgo de la agrupación.

Vega y Figari dejaron sus cargos pocos días después de que la Fiscalía allanó dos locales de Fuerza Popular: las autoridades sospechan que el partido preparó una doble contabilidad sobre los aportes y gastos de campaña electoral en 2011. El ex presidente ejecutivo de Odebrecht, Marcelo Odebrecht, ha afirmado que aportó a la campaña de Keiko Fujimori e 2011.

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