El gobierno de los Estados Unidos volvió a ocupar el clásico asiento de los acusados en la XVIII Conferencia Ministerial del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), celebrada en Bakú, Azerbaiyán, para ratificar la fuerza que hoy distingue a ese foro internacional.
En ese foro varios pronunciamientos de la agrupación multilateral y de algunos de sus invitados apuntaron hacia las políticas injerencistas de la Casa Blanca, en particular de su más reciente inquilino, Donald Trump.
En esa dirección retumbaron los salones del Centro de Congresos de Bakú, cuando los poco más de 800 delegados suscribieron una declaración especial en respaldo a la justa causa de Palestina y repudiaron las medidas ilegales que impone contra ese pueblo su principal aliado en Medio Oriente, Israel.
Al respecto, el documento rechaza la construcción y expansión de asentamientos ilegales y la demolición de las viviendas y propiedades de los palestinos.
De igual forma repudia las políticas de Tel Aviv que interrumpen la vida cotidiana de los palestinos, así como el asedio ilegal de la Franja de Gaza.
La cita de Bakú convocó a un esfuerzo colectivo para poner fin a la ocupación israelí de los pueblos palestinos desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, acorde y con el completo respeto del derecho internacional.
También llama a un mayor esfuerzo regional e internacional para lograr una paz duradera, integral y justa en el Medio Oriente.
Además, condena todas las medidas aplicadas por Israel, incluida la ocupación y creación de asentamientos judíos para introducir cambios demográficos y físicos en las Alturas del Golán sirio.
En ese sentido, insta a Tel Aviv a cumplir con las resoluciones 478 del Consejo de Seguridad de la ONU, de 1981, que demanda la retirada de las tropas sionistas a los límites establecidos antes del 4 de junio de 1967, y las resoluciones 242 y 338 relacionadas con ese tema.
El Movimiento también se pronunció contra las embestidas desmedidas de agentes externos contra Venezuela, cuyo centro de operaciones radica en Estados Unidos.
En sus diferentes intervenciones en el plenario de la XVIII Conferencia, el canciller de la nación suramericana, Jorge Arreaza, alertó que el empuje de grupos extremistas hacia la ejecución de acciones terroristas ha sido parte de las tácticas utilizadas para esa arremetida contra Venezuela.
A juicio del diplomático, ser indiferentes a la intervención extranjera en los asuntos de un país, no hace más que estimular la aplicación de esta práctica imperialista e ilegal contra otros Estados.
También el vicecanciller cubano, Abelardo Moreno, al frente de la delegación de su país a esta cita, rechazó la amenaza militar, hostilidad y agresión económica de Estados Unidos contra Venezuela.
Moreno indicó que para esa organización es inaceptable la amenaza de intervención militar o de destrucción contra cualquiera de sus Estados miembros.
De igual manera, denunció que mientras Cuba fortalece los lazos de colaboración con el resto del mundo, el gobierno estadounidense recrudece su criminal bloqueo económico, comercial y financiero contra su país, incluida la dimensión extraterritorial.
Washington impuso nuevos obstáculos a las limitadas posibilidades de su empresariado para comerciar e invertir en Cuba, y restricciones adicionales a los viajes de sus ciudadanos, a la par que emplea una retórica digna de la Guerra Fría, deploró.
El Mnoal continúa siendo el principal foro de concertación de los países del Sur y, a pesar del complejo escenario internacional, mantiene su activismo en los principales procesos en curso en las diferentes sedes multilaterales
Al respecto el viceministro de Relaciones Exteriores hizo alusión al desafío de defender esta y otras causas justas con voz unida en medio de la diversidad de los 120 países miembros de esa agrupación.
La erradicación del hambre, la pobreza y la exclusión social continúan como un reto para Mnoal, sentenció Moreno desde esta capital, bañada por el mar Caspio, y que en 2019 será sede de la cumbre del Mnoal.
La reunión de Bakú mostró también hacia la necesidad de revitalizar el Movimiento ante desafíos como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que carece de medios de aplicación por falta de voluntad política y egoísmo de los países industrializados.
En esa dirección navega ahora el Mnoal, como quedó expresado en la Declaración de Bakú y para ello apuesta por el concepto de unidad en medio de una diversidad política, económica, cultural y de tradiciones.