Nicaleaks había advertido, a través de numerosos documentos, lo que se venía contra Nicaragua. Fueron entregados muchos millones de dólares para cabecillas del MRS, triangulados a través de diversas ONG e incluso grupos como la Fundación Violeta Barrios de Chamorro y CINCO, ambos de la familia Chamorro. Solo esperaban el momento apropiado para intentar destruir al país.
En febrero de 2018 publicamos una nota en la que hacíamos notar el incremento del discurso violento en los espacios informativos manejados por la oposición, cuyos periodistas reciben paga de la USAID a través de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro.
Existe una colusión total entre los medios de comunicación bajo la influencia del MRS y sus ONG, con una serie de entes ligados al Departamento de Estado de Estados Unidos, o a partidos políticos y grupos de extrema derecha de dicho país. NED, IRI, NDI, Soros, son apenas algunas siglas que han sembrado la muerte y la destrucción en los países considerados rebeldes a los deseos de dominación de Norteamérica.
El CENIDH, MpN, CPDH, ANPDH, IEEPP y muchas otras ONG, reciben cada año millones de dólares que se reparten alegremente y que han utilizado para enriquecer a sus cabecillas y preparar a personas en formas violentas de insubordinación a las autoridades como parte del “golpe suave”, la forma de moda para botar gobiernos molestos para el imperio del norte.
En febrero preguntábamos y lo seguimos haciendo: ¿Por qué hay medios de comunicación y periodistas que todos los días del año despotrican en contra del gobierno sandinista, ignorando o minimizando el montón de avances y obras de desarrollo? Hay que aclarar que no es ningún acto espontáneo ni casual.
Tienen el derecho a su propia opción política, pero vale la pena señalar el adoctrinamiento que reciben de parte de organismos de oposición local, y otros abiertamente injerencistas de origen norteamericano.
No es nada nuevo. La preparación de sus representantes locales por parte de los sectores ultraconservadores de Estados Unidos, empezó desde 2007, con el retorno al poder del FSLN. Y continúa en la actualidad cuando consideran que llegó el ansiado momento de tumbar al actual gobierno.
Cursos y seminarios ofrecidos por ONG opositoras locales, son algunas de las formas en que han enmascarado las directrices sobre desestabilización provenientes de Estados Unidos o Europa.
Desde hace 11 años, el MRS, sus ONG y los sectores más conservadores ligados al gobierno norteamericano, empezaron a prepararse para un momento como el que atravesamos actualmente, en el que quieren recuperar el poder para la oligarquía.
Aunque parezca una extraña simbiosis, lo cierto es que el MRS y sectores de la oligarquía y burguesía criolla comen desde hace buen rato en el mismo plato. Si no, recuerden los sendos reportajes de una o más páginas dedicados en La Prensa a personajes como Dora María Téllez, Henry Ruiz y otros, en los que tratan de “atenuar” su pasado sandinista para hacerlos más “potables” ante los ricachones.
Ahora, “por fin juntos”, como dirían los enamorados, se lanzan a la aventura del golpe de Estado con provocaciones violentas en diversas partes del país. Dicen “llorar” a los que consideran “sus muertos”, pero la orden es que no paren, sin importar el número de vidas humanas que se pierdan.
Las están echando todas y alguien tendrá que pararlos, porque su intención es llegar hasta el derrocamiento del gobierno del presidente Daniel Ortega al costo que sea. No importa cuántas personas más mueran en la intentona golpista, no importa el llanto de las madres ni de los hijos, esos son “daños colaterales” a como han aprendido de sus instructores gringos.
Tampoco les importa el baño de sangre que ocurrirá en Nicaragua si llega a producirse un golpe de Estado, producto de una intervención extranjera. El odio los ciega y sobre todo, la idea de que el poder estará en sus manos, sueño que vienen acariciando desde hace largo rato.
Por eso es que Vilma Núñez, la del CENIDH, aseguró el lunes que “no basta el diálogo”. Por supuesto que para esta octogenaria señora eso no es suficiente después de proclamar públicamente desde hace años, que lo que la mueve es el odio personal hacia el mandatario nicaragüense.
Por eso es que, pese a que la gente sigue llegando a sus trabajos porque rechaza la violencia, los vándalos empezaron a quemar buses y vehículos privados a fin de que las unidades de transporte colectivo y resto del parque vehicular sean guardados por temor de sus dueños a perderlos. El objetivo es el pregonado “paro nacional” a fin de paralizar el país.
Pidieron que cesara la respuesta policial a los actos de violencia, destrucción y muerte, y ahora que tienen las calles despejadas sin agentes del orden, se lanzan a continuar su labor depredadora.
El diálogo es lo que menos desean porque sería el final de su intentona golpista. Ante cada propuesta del gobierno o de otros sectores interesados en poner fin a la violencia, los grupos que les obedecen saltan con nuevas exigencias y algunos ni siquiera ocultan lo que en realidad los mueve desde el principio: tumbar al FSLN del poder para entregarlo a los cabecillas golpistas.