MRS intenta romper el diálogo

El futuro del diálogo pende de un hilo debido a la intransigencia de la dirigencia del MRS y sus ONG aliadas, que insisten en dar un golpe de Estado en Nicaragua, respaldados por sectores guerreristas de la ultraderecha norteamericana.

Y es que pese a la tregua acordada en el diálogo nacional, el MRS, que dirige tras bambalinas las acciones golpistas (aunque últimamente se muestran con descaro), ordenó no cesar las agresiones contra las autoridades y simpatizantes sandinistas.

Los golpistas han sido claros y lo declararon en las narices de la CIDH: no quieren diálogo e incluso se han pronunciado en contra de la presencia del organismo de derechos humanos de la OEA, pese a que ellos exigieron su arribo a nuestro país.

Así las cosas, no extraña que estén practicando todo tipo de provocaciones, graves en su mayoría, a fin de hacer colapsar el diálogo y escalar sin obstáculos la violencia desenfrenada en contra de ciudadanos y edificaciones públicas y privadas.

¿Qué hacía un tranque frente a la Universidad Agraria (UNA) el sábado por la noche, si se suponía que se tenían que suspender ese tipo de acciones? Es lógico que esperaban el retorno de los sandinistas que regresarían de una actividad de dicho partido.

Pero no fue solo eso. Desde el mismo momento en que se acordó la tregua, la dirigencia del MRS, que ha declarado estar al margen del intento de golpe de Estado, se lanzó a los medios de la familia Chamorro a descalificar el llamado de los mediadores de la Iglesia Católica y a insistir en la salida sin condiciones del presidente Daniel Ortega.

Este tipo de actitudes solo tiene un objetivo: tratar de endurecer las posiciones del gobierno, lo que permitiría a los golpistas continuar con su labor destructora del país e imponer un paro nacional, a fin de forzar la dimisión con el apoyo de los medios de comunicación en el mundo que responden a los intereses de Estados Unidos.

Y por supuesto, sumar el número de muertos a fin de “demostrar” que existe un genocidio en Nicaragua.

Son planes que parecen simplistas, macabros y a la vez ingenuos. ¿Qué les hace pensar que las bases sandinistas se quedarán tranquilas, cruzadas de brazos, mientras ellos se hacen con el poder por la fuerza?

Lo de macabro es cierto, pero sus planes no tienen nada de simplistas, ni mucho menos de ingenuos. Aunque algunos han dado declaraciones de “perdona vidas” y hasta conciliadoras con el sandinismo, indicando que no intentan desarticular al FSLN, la verdad de las cosas es que van por todo lo contrario.

 

Si no logran concretar el golpe, buscarán adelantar las elecciones y su última carta sangrienta sería una intervención armada, si no de Estados Unidos, de fuerzas multinacionales a fin de exterminar toda expresión del sandinismo.

No es cierto que se quedarán satisfechos con una salida del mandatario nicaragüense. Creen tener la sartén por el mango y no pararán mientras cuenten con la displicencia consciente e incluso cómplice de sectores involucrados en el diálogo.

Es esa la realidad, y si los actores del diálogo no se amarran los pantalones y ponen un hasta aquí a las presuntas víctimas de la triste historia que vive Nicaragua, lamentarán después la vorágine social que podría desatarse y que nos arrastraría a todos, incluso a los que se consideran neutrales.

 

 

 

 

 

 

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