“Si el presidente declara, mentira ante el fiscal”

El asesor de Trump trata de justificar por que al presidente de EE.UU. no le conviene testificar ante el fiscal especial encargado de investigar la trama rusa. Según Giuliani, Trump  corre el riesgo de caer en perjurio respondiendo algo que podría interpretarse como una mentira al ser contrastado con otros interrogatorios. 

 

La presidencia de Donald Trump ha tenido una relación tempestuosa con la verdad y los hechos. Nada más jurar el cargo en el Capitolio, el presidente obligó a su portavoz a proclamar, contra lo obvio, que su investidura había traído más asistentes que ninguna otra. Poco después, su asesora Kellyanne Conway habló de «hechos alternativos» para explicar cómo se interpretaba la realidad desde la Casa Blanca. «The Washington Post» tiene un recuento de las mentiras o afirmaciones engañosas que ha hecho Trump en su presidencia: a comienzos de este mes eran 4.229.

La última vuelta de tuerca la ha dado Rudy Giuliani, el inefable ex alcalde de Nueva York y ahora asesor legal del presidente de EE.UU. En una intervención el domingo en el programa «Meet the Press», de la NBC, Giuliani aseguró que «la verdad no es la verdad». Trataba de explicar por qué él considera que a Trump no le conviene testificar ante Robert Mueller, el fiscal especial encargado de investigar la trama rusa. En su opinión, las preguntas de Mueller, contrastadas con otros interrogatorios podrían llevar a Trump a responder algo que podría interpretarse como una mentira y, al estar testificando bajo juramento, a una acusación de perjurio. Trump ha afirmado hasta la extenuación que no hubo complot de su campaña con Rusia en la interferencia que Moscú protagonizó en las presidenciales que ganó en 2016 y que todo es una «caza de brujas» montada por la oposición demócrata y la prensa. Mueller también le investiga por obstrucción a la justicia, algo de lo que Trump habla menos.

«Cuando me dices que él debe testificar porque si dice la verdad no tiene nada de qué preocuparse, eso es estúpido porque es la versión de alguien sobre la verdad. No la verdad», dijo Giuliani al presentador, Chuck Todd. El periodista le respondió que «la verdad es la verdad», lo que el asesor volvió a negar: «La verdad no es la verdad».

No es la primera vez que Giuliani hace afirmaciones de este tipo. «Los hechos dependen de quién los observe», espetó a Chris Cuomo, de la CNN, pocos días antes. Y a «The Washington Post», en mayo, aseguró que otros interrogados «pueden tener una versión diferente a la nuestra de la verdad».

Es la forma que Giuliani tiene de insistir en que Trump podría contradecir otras pruebas durante una testificación, pero eso no quiere decir que mienta. Mueller ha acumulado miles de documentos y ha interrogado a decenas de cargos de la Casa Blanca en relación con la trama rusa. Una posible comparecencia bajo juramento de Trump se contrastaría con esas pruebas y versiones. Por ese Giuliani busca limitar al máximo los términos de la testificación del presidente, que se ha mostrado abierto a hacerla.

Una de esas versiones que puede ser clave es la de Don McGahn, el jefe legal de la Casa Blanca. Este sábado, «The New York Times» publicó que McGahn ha cooperado con Mueller, y se sometió a un interrogatorio de treinta horas, esparcido en los últimos meses. El diario neoyorquino desliza que aceptar una testificación extensa era la mejor manera de McGahn de protegerse a sí mismo, ya que estuvo involucrado en decisiones que pueden fundamentar la acusación de obstrucción de la justicia, como el despido del ex director del FBI,James Comey.

Trump reaccionó con furia a las informaciones negando que McGahn se haya vuelto en su contra. «Yo le permití al él y al resto de cargos testificar, y no tenía por qué hacerlo. No tengo nada que esconder y he pedido transparencia para que esta asquerosa caza de brujas acabe», dijo en Twitter, donde comparó la investigación de Mueller con el ‘mccarthismo’, el proceso de investigaciones infundadas e irregulares impulsadas contra sospechosos de comunismo por el senador Joseph McCarthy en los años 50.

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