¿Así sería la Tercera Guerra Mundial?

Rusia puso en marcha uno de sus mayores ejercicios militares desde la caída de la Unión Soviética. Muchos creen que esto supondría la preparación para un conflicto bélico sin precedentes.

 

¿En qué consisten los ejercicios militares rusos que arrancaron este martes?
La operación se llama Vostok-2018 (Oriente 2018) y es la mayor maniobra militar que realiza el país desde los tiempos de la Guerra Fría. Participan fuerzas chinas y también de Mongolia y se ubicará en el extremo oriental de Rusia, es decir en la frontera china y en los mares de ese lado del mundo.

¿Es una preparación a una tercera guerra mundial?
De alguna manera sí. “Se trata de un ejercicio de anticipación a una guerra. El Estado Mayor ruso la sitúa después de 2020 y piensa que será un conflicto global o una serie de conflictos regionales», dijo el experto militar ruso Pavel Felguengauer. «El enemigo es Estados Unidos y sus aliados», añadió.

Según Felguengauer, la contribución china, aunque sea modesta (3.200 hombres), es un factor clave. «Más que un mensaje es una preparación para una guerra real y de gran magnitud», explicó.

¿Por qué se dice que son las más grandes de la historia rusa?
Por el impresionante despliegue: participan 300 militares rusos, unos 3.000 chinos y unos cientos de mongoles.

En cuanto a las tropas rusas, participan uniformados de las circunscripciones militares Oriente y Centro, así como buques de las flotas del Pacífico y del Norte, fuerzas aerotransportadas, más de un millar de aeronaves, entre aviones, helicópteros y drones, y hasta 36.000 carros de combate, 1.000 aviones y 80 navíos y otros vehículos blindados.

«Imaginen 36.000 motores militares moviéndose simultáneamente: tanques, transportes blindados de personal, vehículos de combate de infantería… Y todo esto, por supuesto, en condiciones lo más cercanas posibles a una verdadera situación de combate», dijo el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigú.

Todo el repertorio moderno del ejército ruso participará en estos ejercicios: misiles Iskander, capaces de transportar ojivas nucleares; tanques T-80 y T-90 o los recientes aviones de combate Su-34 y Su-35. En el mar, la flota rusa desplegará varias fragatas equipadas de misiles Kalibr, que ya se pusieron a prueba en Siria.

Las maniobras se prolongarán hasta el próximo 17 de setiembre y constarán de dos etapas: en la primera se llevará a cabo el despliegue de fuerzas en el extremo Oriente, en el Pacífico Norte y el mar del Norte, y en la segunda se verificará la interacción de las distintas fuerzas en operaciones defensivas y de ataque.

¿Por qué Occidente debería estar inquieto con estas monumentales maniobras?
Por varias razones, la primera es por el momento político: el evento se organiza en un contexto de tensiones con Occidente, entre la crisis ucraniana, la guerra en Siria y las innumerables acusaciones de injerencia en política occidental.

También porque la Otan ha denunciado que estas maniobras se realizan como un ensayo de “un futuro conflicto a gran escala”, como una tercera guerra mundial.

“Encaja con una tendencia que se observa desde hace tiempo, la de una Rusia más asertiva, que aumenta drásticamente su presupuesto de defensa y su presencia militar”, indicó un portavoz de la Alianza Atlántica, Dylan White.

Rusia alega amenazas a su seguridad
Así es. Desde 2014, cuando se inició la grave degradación de las relaciones entre Moscú y Occidente, Rusia multiplicó los grandes ejercicios militares, del Cáucaso al mar Báltico y hasta en el Ártico, al tiempo que denuncia la expansión de la Otan en sus fronteras, una amenaza fundamental para su seguridad, según la nueva doctrina militar rusa, adoptada el año pasado.

Las maniobras rusas en el Extremo Oriente estuvieron precedidas por ejercicios en el Mediterráneo en los que participaron más de 25 buques y una treintena de aviones, en un contexto de refuerzo de la presencia rusa frente a las costas de Siria, donde interviene militarmente desde 2015.

¿Hay una novela que anticipa estos ejercicios militares?
Sí. Se llama ‘Flota Fantasma’ y es de Peter Singer y August Cole. En esta se hace una gran descripción de una guerra de alta tecnología que comienza inesperadamente en el Pacifico con Rusia y China aliadas contra EE. UU.

“Estos juegos de guerra proporcionan una vista previa de cómo podría ser ese nivel de actividad militar”, escribió para Bloomberg James Stavridis, que fue comandante supremo aliado en Europa de la Otan.

¿Es un tema de orgullo nacional ruso?
Es eso y más. De alguna manera, para Stavridis, los juegos son una señal de la alta capacidad y el profesionalismo de las tropas de la nación rusa. Esto se basa en el orgullo patriótico, desde la perspectiva del presidente ruso Vladimir Putin, creado por la invasión de Ucrania y la anexión de Crimea, y es una señal para la población en general de que su ejército es más que capaz de preservar esas victorias”.

¿La Otan prepara unos juegos de guerra similares?
Sí. No serán tan espectaculares como los rusos, pero tendrán un peso simbólico y estratégico importante. Se llamarán ‘Trident Junction 2018’ (‘Coyuntura Tridente’ 2018). Se realizarán en las fronteras septentrionales de la alianza e involucrarán a 40.000 tropas de las 29 naciones, un par de cientos de aviones y docenas de buques de guerra.

El ejercicio consistirá en la simulación de lo que podrían hacer las fuerzas de la Otan para repeler una eventual invasión rusa a los países bálticos. El ejercicio incluirá una invasión simulada de Noruega por los infantes de marina estadounidenses.

¿Es decir que las maniobras de la Otan están tendientes a disuadir cualquier tentación rusa de invadir países europeos como lo hizo en Ucrania?
Sí, el mensaje es que EE. UU. y la Otan están dispuestos a defender los Estados de la primera línea fronteriza de Rusia con Europa, como Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Noruega, así como Finlandia y Suecia.

Se dice que en los ejercicios de la Otan participarán dos países que no son miembros de esa organización…
Se trata de Suecia y Finlandia, que no son miembros pero son cercanos a la Alianza, tan cercanos que Moscú teme que los dos países contemplen convertirse en miembros, lo que de alguna manera justifica sus temores y por consiguiente sus maniobras militares.

¿Por qué Moscú no hace las maniobras en solitario e invitó a China y Mongolia?
Algunos analistas dicen que Moscú tuvo que invitar a los Ejércitos chino y mongol dada la proximidad de las maniobras a sus fronteras y porque la magnitud de los ejercicios hacía que pudieran ser vistos por los países vecinos como una amenaza si hubieran sido excluidos.

¿No es rara esa alianza entre rusos y chinos?
En términos estratégicos sí, ya que se perciben más como rivales geopolíticos que como socios militares. De hecho, los juegos militares rusos se concibieron más pensando en disuadir a China que a la Otan, pero por las necesidades estratégicas actuales de los dos países parecen más juegos de conveniencia.

La razón es que con una población tan grande y con imperiosas necesidades de crecimiento económico, China ve los vastos y ricos territorios de Siberia como una suculenta tentación. Pero dado el nacionalismo del líder Xi Jinping, como los desencuentros con Washington por las agresivas políticas comerciales de Donald Trump, Beijing terminó, de momento, acercándose más a Moscú.

Pero en el fondo el mensaje es que en caso de una guerra, Moscú y Beijing no tendrían problema en ser aliados.

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