No es primera vez que el estafador Gerardo Sánchez las hace de Casanova. Hemos publicado varios “romances” virtuales que ha tenido, salpicados casi todos por finales tormentosos y hasta bochornosos en algunos casos.
El primer diálogo con una mujer que se identificó como Cleo Bonilla, es una muestra de esto. Sánchez no pierde oportunidad para buscar como meterles mano a las hembras somocistas, ya algo maduritas la mayoría, que sueñan desde hace varias décadas con el macho sucio y barbudo que emergerá de las montañas con un gran ejército que derrotará al sandinismo.
Bonilla vive en Miami y desde allá le coquetea sin conocerlo personalmente –él es un guerrillero virtual-, y le pide a la vez que mate gente “sin dejar testigos”, es decir, que realice carnicerías si es necesario.
Al estafador se le alteran las hormonas cuando Cleo Bonilla suelta su lascivia acumulada tras el abandono de que fue objeto por el marido. Pero no nos equivoquemos. El estafador es fiel a su naturaleza y en medio de la plática lujuriosa, le suelta la nada sentimental frase: “lo que más necesitamos son reales”.
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