El estafador Gerardo Sánchez, alias “Voz Solidaria”, busca expandir su coto de caza utilizando a uno de sus más devotos y a la vez sonsos reclutas: Abel Belmonte, de Estelí.
Le encarga contactar a David Calero, dirigente local del PLI en Matagalpa, a fin de que le organice un grupo al que sacarle dinero con el cuento de su ejército, que en realidad solo existe en su laptop y en su imaginación.
Vuelve a aflorar la misoginia del estafador al referirse esta vez a Angie Gutiérrez, alias “Angellys”, una de sus mujeres reclutas, a quien califica como “opositora” pero “floja de la lengua”.
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