No es nuevo el involucramiento directo del diario La Prensa en conspiraciones contra el sandinismo. Quizás la novedad sea que otros miembros de la familia Chamorro que antes apoyaban la revolución -sabrá Dios por qué razones-, hoy hacen tienda común con sus encopetados parientes.
En los años 80 recibieron hasta tinta para que plasmaran sus resentimientos de clase en contra del proyecto popular liderado por el FSLN. Fue una época de gran bonanza en la que vivían provocando al pueblo revolucionario en medio de una sangrienta agresión.
Uno de los objetivos, aparte de recuperar el poder político para la oligarquía, aparentaba ser la búsqueda de una sanción por su constante violación a las leyes, lo que redundaría en nuevas y millonarias remesas de dólares de parte de organismos ligados a la CIA y por ende al gobierno norteamericano.
El dinero, entregado entre otros por la AID (actual USAID) y National Democratic Institute (NDI), fue también para la capacitación del personal, mismo que echaron a la calle cuando decidieron “modernizarse” tras el triunfo de la señora Violeta Barrios.
Entre esas dos organizaciones dieron a La Prensa 450 mil dólares. A otras organizaciones que atacaban a la Revolución Popular Sandinista les soltaron más de medio millón de dólares.
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