Una imagen que estremece al mundo

Enfrentados a una creciente presión para gestionar la llegada de miles de migrantes, distintos países oscilan entre la indiferencia y la mano dura. Pero la imagen de un niño muerto arrastrado por las olas conmueve a la opinión pública.

 

Una serie de fotos de un niño ahogado en una playa de Turquía, tras el naufragio de dos embarcaciones de refugiados sirios, generó conmoción en Europa, enfrentada a una creciente presión para gestionar la llegada de miles de migrantes.

Los dos barcos que naufragaron habían salido de la localidad turca de Bodrum con destino a la isla griega de Kos, puerta de entrada de la Unión Europea. Los guardacostas turcos fueron alertados por los gritos de los pasajeros de los barcos y pudieron rescatar los cuerpos de 12 personas, entre ellos el de un niño pequeño que yacía en la playa boca abajo. En el naufragio murieron cinco menores y siete adultos, mientras que 15 personas pudieron ser rescatadas. Los medios turcos reportaron que el niño se llamaba Aylan Kurdi y tenía tres años.

La fotografías fueron difundidas por los medios y las redes sociales con el hashtag #KiyiyaVuranInsanlik (La humanidad ha naufragado en turco).

Los diarios de toda Europa reflejaron la conmoción por las imágenes y varios las usaron para sus portadas de ayer. En España, el diario El Mundo señaló que la foto “ya forma parte del álbum migratorio de la infamia”, mientras que El Periódico escribió que la imagen ilustra “el naufragio de Europa”. Para el diario británico The Guardian, las fotos resumen “todo el horror y el drama humano que se vive en las costas europeas”. A su vez, el británico The Independent se pregunta: “Si imágenes tan potentes como la de un niño sirio muerto arrastrado por las olas no cambian la actitud de Europa frente a los refugiados, ¿qué podría hacerlo?”. En Italia, el diario La Repubblica reprodujo una imagen del niño, titulándola “Una foto para silenciar al mundo”.

Así, tambalea la Unión Europea con los miles y miles de inmigrantes que siguen llegando por mar y por tierra cada día y con los cuales no sabe qué hacer. Si bien desde principios de año los más afectados parecían ser sólo Italia y Grecia –los puertos preferidos para llegar a Europa por el Mediterráneo–, desde que comenzó el verano europeo las cosas cambiaron y se pusieron difíciles también para otros países como Hungría, Alemania, Francia e Inglaterra. Jamás se había visto en Europa semejante marea humana, al menos desde la Segunda Guerra Mundial. Y la ausencia de una clara política europea para afrontar este flujo migratorio lleva a que cada país tome medidas por su cuenta, muchas de ellas no respetando las normas de la UE y provocando reacciones negativas de unos gobiernos contra otros.

Hungría, por ejemplo, donde el gobierno de derecha de Viktor Orban no quiere saber nada con los inmigrantes e hizo construir un muro de alambre de púas en la frontera con Serbia, le echa la culpa a Alemania de la incesante llegada de inmigrantes. Porque Alemania, que al principio también era reticente, ahora dice que aceptará los refugiados sirios. Pero en Budapest se han reunido prófugos de distintas nacionalidades que han ocupado la zona cercana a la estación de trenes, haciendo verdaderos campamentos y manifestando a gritos que quieren tomar un tren que los lleve a Alemania. Hace dos días entraron a Hungría a través de la frontera serbia más de 2200 migrantes, 500 más que el día precedente. Y el gobierno húngaro ha prometido mandar el ejército a controlar las fronteras y usar, como ya usó, gases lacrimógenos si son necesarios. Orban fue convocado por las autoridades de la Unión Europea (UE) a Bruselas para explicar por qué su gobierno acusa a Alemania y por qué en las fronteras con otros países, como Eslovenia y Rumania, dejan pasar a los inmigrantes sin registrarlos, cosa que es obligatoria en el primer país de la UE que un inmigrante pisa.

Y sobre el tema registraciones, también Italia ha recibido un llamado de atención de la UE. Según las autoridades europeas Italia debe responder por la desaparición de 63.000 inmigrantes que resultan oficialmente entrados en territorio italiano, pero que nunca fueron registrados y no se sabe dónde están. En los registros aparecen sólo 30.000 y, según algunas fuentes, ni siquiera son todos del 2015 sino que incluye gente llegada en 2014. La no recolección de los datos personales de los migrantes constituye una violación de las normas de la UE, dijo la nota enviada al gobierno de Matteo Renzi. En defensa del gobierno italiano hay que decir que Italia ha sido el país que más ha hecho por salvar inmigrantes en el mar, una tarea que inició con su programa Tritón el año pasado, y que la UE imitó este año, aportando naves de otros países y fondos nunca suficientes.

Respecto a los 63.000 desaparecidos, lo más probable es que muchos de los no registrados –que por otra parte viajan generalmente sin documentos, o los traficantes se los sacan para venderlos– se hayan escapado de los centros de recepción donde son alojados en un primer momento, para tratar de llegar de una forma u otra a sus metas preferidas en el norte de Italia, deberá dar una respuesta a este pedido europeo antes de la reunión cumbre de ministros del Interior de la UE que se llevará a cabo el 14 de este mes y donde teóricamente se presentará un plan, o al menos algunas medidas, para afrontar mejor esta crisis migratoria.

Para Francia y Gran Bretaña el problema pasa por Calais –la ciudad del lado francés que permite acceso al túnel de La Mancha que lleva a Inglaterra– donde hay acampados miles de prófugos y esto ha generado roces entre los dos estados y amenazas de medidas mucho más duras. La ministra del Interior inglesa, Theresa May, del gobierno conservador de David Cameron, ha prometido medidas mucho más restrictivas contra los migrantes, incluso aquellos provenientes de los países de la Unión Europea. Sólo podrán entrar a Gran Bretaña quienes tengan un contrato de trabajo, pero no quien vaya a buscar trabajo, dijo. Y de concretarse, esta medida violaría los acuerdos de Schengen que permiten la libre circulación de los ciudadanos de todos los países de la UE sin uso de pasaporte.

Por otra parte, se anunció para mañana en Venecia una manifestación muy particular, de hombres y mujeres descalzos, tal como llegan todos los migrantes que atraviesan el Mediterráneo. La manifestación llegará hasta el corazón mismo de la Muestra del Cine de Venecia que ha comenzado hace dos días. Asimismo el lunes el cónsul argentino en Milán, Luciano Tanto, y el director Nacional de Migraciones, Martín Arias Duval, entre otros, ofrecerán en el pabellón argentino de la Expo 2015 una conferencia sobre los beneficios que aportan las migraciones a un país.

Mientras tanto el director de emergencias de la ONG Human Rights Watch, Peter Bouckaert, explicó por qué compartió una imagen del niño ahogado en Twitter, pese a duro drama que retrata. “Algunos dicen que la foto es muy ofensiva para ser compartida en Internet o publicada en los diarios. Pero a mí lo que me parece ofensivo es un niño ahogado que yace en la playa cuando se podría haber hecho más para prevenir su muerte”, expresó.

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