No tiene por qué impresionarnos conocer que existen ONG involucradas en juegos peligrosos como el del pistolero que puso en peligro la vida de muchas personas el miércoles anterior cerca de Metrocentro.
Desde hace algunas décadas, pero más actualmente, las ONG son parte importante de las conspiraciones de Estados Unidos para botar gobiernos en América Latina y otras regiones del mundo.
A las ONG opositoras se les unen partidos políticos, sindicatos, medios de comunicación, periodistas y otros grupos que dependen económicamente de la USAID, NED, NDI, IRI, etc.
La reacción al verse descubiertos, también se parece a la de tiempos anteriores.
La “sorpresa” es la primera respuesta. Tratar de negar la culpa, suele ser el segundo paso antes de derrumbarse ante las evidencias. Los más cínicos se aferran a la negativa confiados en que tienen aliados poderosos, pero al final saben que ya perdieron la ventaja de la clandestinidad y que tendrán que hilar finito si deciden seguir su riesgoso andar.
A algunos les fue mal porque terminaron en la cárcel, a unos cuantos peor debido a que se unieron a la Contra y murieron. Pero hubo también afortunados que terminaron nadando en el sangriento dinero que mes a mes les entregaban la CIA y sus agencias de apoyo.
NicaLeaks les deja otro material –apenas uno de los centenares existentes-, de los años 80 que demuestra la forma en que los Estados Unidos entregó dinero a los grupos opositores para derribar al gobierno del FSLN.
Con algunas variantes, la situación vuelve a ser la misma en cuanto a la entrega de abundante financiamiento al antisandinismo. Lo que ha cambiado es que el actual gobierno y el pueblo sandinista, ya están avisados.
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