Hace miles de millones de años un lago llenaba el enorme cráter de 154 kilómetros de diámetro que el robot de la NASA Curiosity explora en Marte, reforzando las pruebas de que el planeta más parecido a la Tierra del sistema solar era apto para la vida microbiana, dijeron científicos el lunes.
El nuevo hallazgo combina más de dos años de información recopilada por el Rover desde su aterrizaje dentro del cráter Gale en agosto de 2012.
Los científicos descubrieron montones de rocas que contenían sedimentos depositados por el agua inclinadas hacia el centro del cráter, que ahora cuenta con un montículo de cinco kilómetros llamado Monte Sharp.
Eso significaría que el monte no existía casi 3.500 millones de años atrás cuando el cráter estaba lleno de agua, dijeron investigadores del Curiosity a periodistas durante una conferencia telefónica.
«Hallar el estrato inclinado fue (…) una completa sorpresa», dijo el investigador principal John Grotzinger, del Instituto Tecnológico de California en Pasadena.
Poco después de aterrizar, el Curiosity halló que Marte tuvo ingredientes químicos y las condiciones ambientales necesarias para mantener la vida microbiana, completando la primera meta de su misión.
El robot luego se dirigió al Monte Sharp para buscar otros lugares habitables y conocer si existieron condiciones necesarias para la vida durante un tiempo suficiente para que esta se desarrollara, una cuestión complicada ya que los científicos ni siquiera saben cuánto tiempo se tardó en la Tierra.
«El tamaño del lago en el cráter Gale y el tiempo y las ocasiones en que el agua se presentó implican que tal vez existió tiempo suficiente para que la vida se desarrollara», dijo el científico Michael Meyer, del Programa de Exploración de Marte de la NASA.
Los nuevos estudios, que no se han publicado aún, señalan una serie de momentos de humedad y secos en el cráter, desafiando así una afirmación previamente sostenida de que los períodos de clima cálido en Marte fueron tempranos y relativamente cortos, dijeron los científicos.
«Todo lo que hicimos, no solo nos llevó al monte Sharp. Nos dio un contexto para apreciar el monte Sharp», dijo Grotzinger sobre el robot, que se ha trasladado unos ocho kilómetros desde que aterrizó en el planeta rojo en 2012.