A solo unos días de llevarse a cabo la escogencia del candidato Presidencia que representará a la llamada Coalición de Unidad Liberal, Republicana y Sindical (ULRS), las organizaciones sindicales que integran esa agrupación se muestran reticentes sobre el posible voto que darán en favor de uno de los tres postulantes a escoger para las elecciones del 2016.
De acuerdo a declaraciones de los seis representantes de sindicatos dentro de esa agrupación política, la decisión de guardar silencio en cuanto a por quién votarán el próximo sábado 10 de octubre, se debe a que como ellos pueden inclinar la balanza no quieren ser objeto de acoso, tampoco ser “influenciados” por quienes dirigen la coalición.
Lo expresado anteriormente por estos sindicalistas deja vislumbrar que los sectores interesados en conocer por quién van a votar los representantes de los sindicatos, son los allegados a Arnoldo Alemán y su séquito del PLC, que seguramente ya tienen a un “ungido” y no quieren sobresaltos el día que se realice la escogencia del candidato presidencial.
Tres del PLC
Actualmente existe tres postulantes a esa designación: el conservador Noel Vidaurre, de parte del Partido Unidad Republicana (PUR); Miguel Rosales, quien ocupaba el cargo de secretario nacional de organización del PLC; y el ex contra Maximino Rodríguez, quien participará representando al llamado Movimiento con Visión de Nación.
Como queriéndose adelantar a hechos que se podrían suscitar durante la elección de la fórmula presidencial, los representantes de estos sindicatos insistieron, en clara alusión a Arnoldo Alemán y la cúpula del PLC, en que si verdaderamente quieren una unidad, deben acabar los personalismos y las intenciones de un solo partido de imponer de “dedazo” al candidato.
Igualmente manifestaron que en la coalición se debe dar oportunidad a los demócratas de convicción y no andar pensando en partidarismos o en la ideología que representará el candidato que nombren, sino que todos los esfuerzos sean dirigidos a crear una verdadera “oposición”, la que hasta el momento solo ha sido de membrete.
Los sindicalistas también hablaron de una escogencia abierta e incluyente y agregaron se use la palabra consenso en su real significado y no como una artimaña para utilizarlos en una votación que previamente estuviera “amarrada”.
Al respecto, los dirigentes gremiales propusieron que para evitar rumores y suspicacias se prescindiera del voto secreto entre las representaciones que van a elegir la fórmula presidencial, y que el voto fuera a mano alzada para que no hubiera ningún tipo de duda de que la decisión de cada uno de los representante de las 16 agrupaciones que integran dicha coalición, sea respetada.
PLI se decidió por el “dedazo”
Mientras tanto, la otra coalición liberal que presenta a Eduardo Montealegre y su grupo como cabecillas, al parecer no tiene en mente la elección de su candidato, el que ya estableció la cúpula del PLI sin dar una fecha, que será escogido al “dedazo”, a pesar de que en las filas de esa agrupación política existen sectores aliados que insisten en elecciones primarias.
El replanteamiento de la “estrategia de lucha” anunciada con bombos y platillos por Montealegre, resultó ser otro fracaso más, el ejemplo se dio en la “marcha” de este miércoles, donde lo único que logró fue ser el escenario de un enfrentamiento entre grupos de jóvenes que participaban en esa “protestas” , quienes se arrojaron huevos y pintura entre ellos.
Los organizadores de esta actividad, ante la evidente frustración de lo que ingenuamente llamaron una “segunda fase de protestas”, recurrieron al cada vez más trillado cuento de que están siendo infiltrados por “agentes” del Gobierno y que son estos los que causan los disturbios, pero la verdad es que todas las “iniciativas” de Montealegre en su campaña por desprestigiar al Poder Ejecutivo y Electoral van de fracaso en fracaso.