Después de dar gritos contra el gobierno, nada mejor que reafirmar el ego. Varias marchistas reconocidas y un varón también dado al exceso de presencia, se hicieron selfies al término de la marcha del pasado miércoles 7 de octubre.
Pese a que se la pasan reclamando por la dura situación del país, Eliseo Núñez, del PLI; Margarita Vijil Gurdián, del MRS; Azahálea Solís, del MAM y otros, se miraban radiantes. No parecían vivir en la dictadura que denuncian a diario en los medios de comunicación opositores al gobierno.
El fondo que escogieron fue el contingente de policías de la Brigada Especial que resguarda los alrededores de Metrocentro para evitar que los marchistas opositores atenten contra la propiedad privada o estatal.
¿Cuál era el fondo de pantalla?
Aunque también ocurrió algo que puede considerarse perturbador. En el momento en que se hacían las fotos también venía más atrás el cortejo fúnebre que trasladaba el cuerpo del oficial de Policía asesinado en mina El Limón.
Al final solo ellos sabrán cuál era el objetivo de sus autorretratos.
¿Por qué hacerse fotos con la “represiva” policía, según sus propias opiniones? Es algo difícil de explicar. Los “expertos” en selfies aseguran que son una expresión de la juventud que va desde la adolescencia hasta los 23 años. Es más propio de mujeres que de hombres.
Ninguno de los “selfistas” de Metrocentro cumplía con los anteriores requisitos, aparte de un varón, en este caso el sonriente Eliseíto.
Aunque quizás el aporte de la psicología nos ayude. Los especialistas en conducta humana aseguran que el selfie “puede constituir un mecanismo de autoafirmación, donde se manifiesta cierta compulsión narcisista en el individuo”.
Como tal, añade, “la exposición excesiva de la vida personal revela individuos con baja autoestima y con una permanente necesidad de aprobación y aceptación”.
Hace la salvedad de que en edades más tempranas, “se considera que el selfie forma parte de un mecanismo de construcción de la propia identidad, en la medida en que esta se muestra a los demás para recibir validación y retroalimentación”.
¿Podrían ser los representantes políticos y de ONG opositores sujetos de un estudio psicológico? A lo mejor, pero dejemos eso a los expertos. Nosotros solo acusamos lo que vimos el miércoles.