Agencias- La nieta de Pablo Picasso, Marina Picasso, está tratando de vender discretamente al menos siete de las obras que conforman su colección privada por más de 290 millones de dólares (243 millones de euros), además de haber sacado al mercado la villa que su famoso abuelo poseía en Cannes (Francia), La Californie, según informa en exclusiva el periódico New York Post.
Marina -hija de Paulo, único hijo del pintor malagueño y su primera mujer, Olga Koklova- tendría planeado reunirse personalmente con los potenciales compradores en Ginebra (Suiza) para negociar la venta del retrato “Portrait de femme (Olga)” -por el que solicitaría 60 millones de dólares (50 millones de euros)- y de los cuadros ‘Maternité’ y ‘Femme a la Mandoline (Mademoiselle Leonie assie)’, por 54 millones de dólares (45 millones de euros) y 60 millones de dólares (50 millones de euros) respectivamente.
La decisión de vender precisamente ahora parte de la herencia de Picasso sería una manera de dejar atrás un legado que siempre ha asegurado que le fue dado «sin amor».
«Es una manera de dejar atrás el pasado», aseguró un amigo de la nieta del pintor al mencionado medio.
En el pasado, Marina ha hablado abiertamente sobre las dificultades financieras que atravesaron sus padres debido a la tensa relación que mantenían con Picasso y, en especial, con su segunda mujer, Jacqueline Roque, tal y como ella misma relató en su libro ‘Picasso. Mi abuelo’, en el que definió al famoso artista como «un manipulador, un déspota y un destructor».
«Nadie en mi familia pudo escapar a su total dominio. Necesitaba sangre para firmar cada una de sus pinturas. He pasado toda mi vida tratando de escapar de la miseria creada por Picasso», explica Marina en el relato sobre su vida al lado del famoso pintor y el legado que le dejó.