La trayectoria de Rafa Benítez en el Real Madrid parece llegar a su fin. El puesto del técnico tras el empate del domingo en Mestalla pende de un hilo tan solo siete meses después de su llegada.
Siete meses en los que el Madrid ha ido vagando de decepción en decepción con la Champions como única vía de escape –se logró la clasificación para octavos como primero de grupo-. Todo esto, poco más de un año después de que el equipo se proclamará campeón del mundo en Marrakech. A partir de ahí comenzó el declive. La temporada terminó sin títulos y Pérez optó por destituir al entrenador, Carlo Ancelotti, en busca de un golpe de efecto y en contra de la opinión de la plantilla. La solución para el presidente era Benítez, un técnico metódico, táctico y capaz de recuperar una disciplina teóricamente perdida.
“Desde enero hemos sufrido un deterioro paulatino. Elegimos la figura de Rafa Benítez porque teníamos la confianza de que podía reconducirlo. De la noche a la mañana no se arreglan todos los problemas”, decía Florentino Pérez hace poco más de un mes. Pero lo cierto es que esos problemas se agravaron día a día desde que el técnico de 55 años fuera presentado el pasado 3 de junio. “Llega un hombre que respira fútbol, profesionalidad y madridismo desde niño. Nos hará más fuertes. Es uno de los mejores entrenadores del mundo y utiliza el método como herramienta de trabajo. Tiene una excelente comunicación con los jugadores y una importante experiencia profesional y un gran palmarés pese a su juventud”, aseguró el presidente el día de la presentación.
“Hemos hecho un gran partido”, se felicitó Benítez tras el empate ante el Valencia en Mestalla en el que pudo ser su último partido como técnico madridista, en un ejercicio de pensamiento positivo que forma parte de su rutina de lucha. A su alrededor, la fe declinó. Fuentes de la directiva madridista señalaron tras la derrota de El Madrigal, el 13 de diciembre, que el club había comenzado a valorar la posibilidad de destituir al entrenador. Casi un mes más tarde, las mismas fuentes advierten que si Benítez no ha sido relevado no es porque el presidente, Florentino Pérez, mantenga su confianza intacta en él sino porque no se decide a colocar a Zinedine Zidane en su lugar. Hasta ahora, el técnico francés, que se ocupa del Castilla, ha sido el único candidato considerado por la junta que se muestra dispuesto a asumir el reto. Pérez, sin embargo, preferiría que aterrizara en junio, con tiempo para adaptarse al cargo. El presidente teme liquidar a Zidane metiéndolo en un enredo de solución cada día más incierta.
“Estamos con el míster pero sabemos que las decisiones no las tomamos los jugadores”, dijo Marcelo en Valencia, tras el 2-2, en un ejercicio tibio de defensa de Benítez. “No sé si tiene sentido cambiar al entrenador en enero. Puedes cambiar al técnico y acertar, y dejarlo y acertar también».
“El equipo”, apuntó Ramos, en calidad de portavoz, “ha dado la cara. Ha intentado ganar en un campo complicado. Siempre que te quedas con uno menos te desgastas porque la intensidad y el esfuerzo es mayor. Que te empaten en menos de un minuto después de ponerte 1-2 es doloroso. Pero hemos jugado con ese carácter y ese orgullo que la gente pide. Queríamos empezar el año con otra actitud y el equipo ha dado la cara”. “Obviamente Benítez sí tiene crédito”, concluyó el capitán. “Pero su continuidad no depende de nosotros. Esté el entrenador que esté siempre tendrá la confianza de los jugadores. Sea Rafa o sea cualquier otro”.