Al igual que ocurre en los países en donde gobierna la izquierda revolucionaria, tal es el caso de Nicaragua, en Bolivia también se denunció el financiamiento por parte de organismos en los EEUU a organizaciones y medios de prensa opositores, como parte de una campaña de desestabilización y guerra sicológica.
El New York Times publicó en una ocasión que «se creó (…) para llevar a cabo públicamente lo que ha hecho subrepticiamente la Central Intelligence Agency (CIA) durante decenios. Gasta 30 millones de dólares al año para apoyar a partidos políticos, sindicatos, movimientos disidentes y medios informativos en docenas de países».
El ministro del Exterior boliviano, Juan Ramón Quintana, aseguró que dicha desestabilización se gesta desde organismos como la National Endowent for Democracy (NED), misma que también patrocina los “proyectos” aquí en nuestro país de grupos que se hacen llamar sociedad civil, como el Movimiento por Nicaragua.
Nicaleaks la ha denunciado con pruebas
En Nicaleaks se han publicado una serie de informaciones en donde, con nóminas, se han comprobado las fuertes sumas de dinero que la NED ha enviado a estos grupos, en especial al Movimiento por Nicaragua (MpN), el que bajo la pantalla de realizar trabajos para el “fortalecimiento de la democracia”, se dedica a efectuar una labor cuyo fin persigue la desestabilización y el confrontamiento.
La NED, un organismo dependiente del Departamento de Estado Norteamericano, financia varios programas en contra de gobiernos progresistas; en Bolivia está el “fondo internacional para la asistencia a medios de comunicación” y “reporteros sin fronteras”, además de haberle otorgado 354 mil dólares a la Asociación Nacional de la Prensa, integrada por medios opositores.
Aquí en Nicaragua ya están identificados plenamente por la población los medios que están siendo financiados desde el exterior, así como los grupos de la “sociedad civil” que reciben dinero para realizar sus “proyectos”.
Desacreditan y desestabilizan
El objetivo de todos estos “aportes e investigaciones” financiadas por la NED es diseñar y ejecutar operaciones sicológicas para desacreditar a los gobiernos democráticamente electos, como el de Nicaragua, y en el caso de Bolivia también lo confeccionan para incidir en el próximo referéndum a realizarse en ese país.
En vista de la incapacidad política y el rechazo popular, al parecer la única vía que les ha quedado a estos partidos políticos y grupos de oposición para lograr llegar al poder, es buscar un financiamiento desde el exterior, mejor aún si viene de los EEUU, para echar a andar sus planes desestabilizadores y por ende una injerencia extranjera más directa, a costa de convertir sus países en un campo de guerra.