Es el mayor temblor desde el que el sábado pasado causó más de 500 víctimas.
Un terremoto de magnitud 6,2 ha sacudido durante unos 30 segundos la costa norte de Ecuador este miércoles, sobre las 10.33 hora española (las 3.33 en Guayaquil), el más importante desde que el pasado sábado, 16 de abril, un seísmo de magnitud 7,8 en la escala sismológica causase 525 víctimas mortales y más de 4.000 heridos en el país (según el último recuento oficial), así como cuantiosos daños materiales. El epicentro del sismo, cuya magnitud eleva a 6,3 el Instituto Geofísico de Ecuador, se encuentra en la misma zona del norte del país afectada por el terremoto del sábado. Los geólogos consideran que esta réplica ha sido inusualmente fuerte.
Pese a la intensidad de la réplica, no ha habido que lamentar daños considerables. «Un susto muy grande», se repetía en torno al estadio de la ciudad. La mayoría de la población de la zona afectada ya dormía al aire libre por seguridad, debido a la fuerte secuencia de réplicas de los últimos días (de hasta 5,4 de magnitud, el domingo). Las tareas de rescate de víctimas y posibles supervivientes se han reanudado inmediatamente después del nuevo temblor. Uno de los últimos cadáveres rescatados de debajo de los escombros es el de un niño colombiano, que pasaba las vacaciones con su familia.
El centro del temblor ha sido localizado a 70 kilómetros al oeste-sudoeste de Esmeraldas, con una profundidad de 10 kilómetros, según ha informado a la agencia Reuters el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico. El terremoto no se ha sentido en Quito, distante unos 214 kilómetros.
Una española con doble nacionalidad, española y ecuatoriana, es una de las 525 víctimas del terremoto. Falleció en la ciudad de Manta, según ha informado este miércoles el consulado español en Guayaquil, donde estaba inscrita, al Ministerio de Asuntos Exteriores, informa Miguel González. Fuentes diplomáticas han recordado que las autoridades ecuatorianas, al tener la doble nacionalidad, no la contabilizan como víctima extranjera del seísmo.
Pasadas las primeras 72 horas y con cada vez menos esperanza de encontrar supervivientes entre los escombros a los que quedaron reducidas ciudades enteras de la costa norte de Manabí tras el terremoto que golpeó a Ecuador, la prioridad se centra ahora en cubrir las necesidades básicas de los damnificados.
Hasta el momento la entrega de víveres, agua, ropa y productos básicos, que llegan por miles de los donativos ciudadanos, se hacía de forma especial en las zonas destruidas de Manta, Pedernales o Portoviejo, las ciudades más afectadas por el temblor. Pero a partir de hoy, la ayuda se extiende a todo el país.
El ministro de Defensa, Ricardo Patiño, explicó este martes que se dotará a toda la población que, “si bien no se ha visto directamente afectada por el sismo, sufre por los problemas de abastecimiento y la falta de agua”. Los desafíos que enfrentarán ahora las autoridades van desde la alimentación hasta la seguridad.
- Las Unidades de Policía Comunitaria, sedes similares a la policía local de España, reparten los alimentos, el agua y artículos de primera necesidad como papel higiénico, toallas y medicinas. Cada UPC tiene asignada una población aproximada de 10.000 y están custodiados por militares y policías, así como coordinados por personal de la Secretaría de Gestión de Riesgos. También habrá representantes del Ministerio de Salud y del Ministerio de Inclusión Económica y Social.
- En las UPC se han instalado tanques con una capacidad de 2.500 litros de agua, que serán rellenados constantemente por camiones cisternas, para abastecer de agua a los ciudadanos. No se puede aún restablecer el servicio de agua corriente por los problemas de electricidad, según explicó Correa.
Servicios básicos. Las tareas para restablecer los servicios de electricidad y agua en la costa manabita, la región más afectada, no concluyen. Según uno de los últimos reportes de la Secretaría de Gestión de Riesgos, Manabí tiene restablecida la luz en un 76 %. Y de acuerdo con el ministro de Defensa, está labor va progresando poco a poco.
- Seguridad. Los ciudadanos que permanecen en las zonas afectadas han alzado la voz ante los robos y actos de delincuencia que se aprovechan de la situación de emergencia. Patiño respondió que en las zonas afectadas hay 10.000 militares y 6.000 policías desplegados que deben garantizar la seguridad de todos.
Reconstrucción. Si bien el presidente Correa ya había estimado que la vuelta a la normalidad le costaría a Ecuador el equivalente a un 3% de su Producto Interior Bruto, unos 3.000 millones de dólares (casi 2.650 millones de euros), también ha precisado que en el corto plazo se va «a necesitar unas cuantas decenas de millones (de dólares)». Correa ha recordado que «habrá que mantener los campamentos con las personas refugiadas; habrá que reconstruir la infraestructura pública, tenemos vías colapsadas, puentes dañados y hospitales colapsados».
- Desaparecidos. Las cifras de desaparecidos varían tanto como avanzan las tareas de rescate. El Gobierno ha dispuesto dos plataformas digitales para que los familiares de los afectados faciliten los datos de los seres queridos de los que aún no tienen noticias, ya sea desde Ecuador como del extranjero. La lista se va depurando cuando aparecen las víctimas o los supervivientes.