Cuatro años de presión por un delito que no cometió.

Un juez excarcela a Yecenia Armenta, cuyo caso encarna en México los abusos contra sospechosos.

 

 Un nudo negro de la justicia mexicana se ha desatado. Yecenia Armenta, encarcelada desde 2012 por haber confesado el asesinato de su marido tras ser torturada por policías durante lo que relató como una sesión de 15 horas de golpes, vejaciones y violación, ha sido puesta en libertad este martes.

Un juez de su Estado, Sinaloa (norte de México), ha ordenado que sea excarcelada al considerar probado que fue torturada hasta que puso la firma en una hoja que decía que había pagado a un sicario por matar a su esposo. La confesión bajo tortura era la única prueba que había contra ella.

Armenta, desde la cárcel, siempre ha denunciado que fue forzada brutalmente a aceptar la confesión, perdiendo su capacidad de aguante cuando la amenazaron con violar y asesinar a sus hijos, y que ella es inocente del homicidio. Jesús Alfredo Cuén, su marido, un especialista en medicina deportiva con el que tenía dos hijos, fue acribillado a tiros el 2 de julio de 2012 en Culiacán, Sinaloa.

El caso de Armenta había sido investigado por organismos públicos de derechos humanos de México y expertos independientes que concluyeron que había sido torturada, y tomado por la ONG Aministía Internacional como un abanderado de la lucha contra los encarcelamientos irregulares en México.

Armenta salió esta mañana de la cárcel sin hacer declaraciones, con expresión abatida pese haber logrado lo que persiguió durante cuatro años. A lo largo de su encarcelamiento apareció en vídeos reclamando su libertad y mencionando detalles descarnados de su tortura, como que la amedrentaban con llamar a «una persona que le gustaba cortar lenguas y orejas y que estaba afilando el cuchillo». «Que iban a traer a mis hijos, que me los iban a violar, que me los iban a hacer pedazos. Jamás pensé salir viva de ese lugar. Jamás leí lo que yo firmé».

El juez que la ha liberado ha ordenado que se investigue a los policías supuestamente responsables de los abusos contra Armenta. Hasta la fecha nadie ha sido detenido. El mes pasado la Fiscalía que llevaba el caso en Sinaloa había emitido una resolución, en respuesta a la petición de otro juez de que se ahondase en las denuncias de la supuesta culpable, refrendando que debía de permanecer presa por el homicidio de su marido. Aministía Internacional ha celebrado la nueva decisión judicial como «una luz de esperanza para las personas encarceladas injustamente en México».

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