La nominación de Rosario Murillo como candidata a la Vicepresidencia de la República por el FSLN desató la animadversión y odio visceral que grupos políticos -específica e irónicamente de seudo feministas-, y La Prensa, profesan en contra de la actual Primera Dama, por lo que se han dado a la tarea de querer manosear el nombramiento criticándolo de inconstitucional.
Para aclaración de estos detractores, nuestra Constitución, en su artículo 146 establece que para optar al cargo de Presidente y Vicepresidente del país son requisitos: ser nacional de Nicaragua; estar en pleno goce de sus derechos; haber cumplido 25 años de edad y haber residido en forma continua en el país cuatro años anteriores a las elecciones.
A pesar que la propia Carta Magna les restriega en sus caras la magnitud de sus torpezas, estos grupos de calumniadores y su aliada La Prensa insisten en la campaña de resentimiento visceral que de forma nada fortuita persisten en mantener con la esperanza de que la gente se una a esta estéril cruzada, que lo único que deja ver es la maldad e ignorancia política de sus promotores.
Incluso, los mismos juristas especialistas en la Constitución que La Prensa de forma habitual utiliza para atacar cada una de las medidas que el Gobierno toma para la seguridad del país, y a quienes “casualmente” ahora no se han tomado las molestias de consultar, expresan en diferentes medios de prensa que la escogencia de Rosario Murillo no está enfrentada con la Carta Magna.
La Iglesia de Nicaragua, a través del cardenal Leopoldo Brenes, se ha sumado a quienes de forma legal y con conocimiento de causa le propinan un mentís a estos grupos de detractores, al pronunciarse que no es inconstitucional la medida del presidente Daniel Ortega de nombrar a Murillo como fórmula, la que dijo respetar al igual que la otras que se han inscrito.
Al respecto, el alto prelado enfatizó que respeta la fórmula presidencial del FSLN, al igual que a las otras de diversos partidos políticos que participarán en las elecciones, que eligieron a una mujer para que enalteciera el rol de candidata a Vicepresidenta. En cuanto a la constitucionalidad, manifestó que consultó a varios especialistas en la materia para poder dar su opinión.
Ahora, al ver que el intento de manipular por medio de la Constitución, la nominación de Rosario Murillo a la Vicepresidencia de la República no le está dando resultado, La Prensa echó a andar una nueva fase en su diversionismo ideológico, en la que de formar osada pretende manipular la filas del FSLN, labor que como todas su burdas patrañas tendrá un mismo fin: el fracaso.