El ministro de Asuntos Exteriores le dice al presidente mexicano que «España está a la orden».
El ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, ha trasladado este jueves al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que España está “a la orden” de México para apoyarle frente al nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, aunque “sin echar más leña al fuego”, en palabras del jefe de la diplomacia española. Peña Nieto, que ha recibido a Dastis durante unos 45 minutos en su residencia de Los Pinos, le ha agradecido el respaldo español, pero le ha respondido que prefiere actuar de manera “paciente y cauta” –es decir, resolver el contencioso bilateralmente—e incluso le ha confesado apreciar un “cambio de actitud” en la Administración estadounidense, que no ha precisado, según el ministro.
Rajoy ya trasladó a Peña Nieto su “apoyo inequívoco” en una conversación telefónica el pasado 1 de febrero y Dastis lo reiteró semanas después a su homólogo Luis Videgaray durante la reunión del G-20 en Bonn (Alemania). En todo caso, según el ministro, España no ha hecho nada que pueda molestar o “llamar la atención” de Washington, consciente de los vínculos que unen a España y México.
Dastis ha hecho votos para que EEUU y México resuelvan sus diferencias dialogando y “si hace falta ajustar o adaptar” el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés) de 1998, lo hagan de mutuo acuerdo, en beneficio de ambos. La negociación debe iniciarse en junio y prolongarse al menos un año, según pronosticó el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, durante la visita a Washington del ministro mexicano de Economía Ildefonso Guajardo, en marzo pasado. México apuesta porto una negociación a tres bandas, con Canadá; mientras que Estados Unidos pretende negociar por separado con sus dos vecinos, desde una posición de fuerza.
La imposición de aranceles a los productos mexicanos podría castigar a las empresas españolas asentadas en México que operan en sectores exportadores como los componentes de automoción (es el caso de Gestam o Grupo Antolín) aunque la mayoría, según Dastis, trabajan para el mercado local. Todas se han visto afectadas, sin embargo, por la devaluación del peso.
Durante su primera visita a México, procedente de Perú, el jefe de la diplomacia española tiene previsto reunirse también Videgaray, que ha asistido a la audiencia presidencial, y Guajardo, así como con la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda. El canciller mexicano viajará a Madrid el 20 de abril para participar en la Comisión Binacional, con la que ambos países quieren reforzar sus lazos coincidiendo con el 40 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Antes de regresar a Madrid, Dastis mantendrá un encuentro con empresarios. Con 5.896 firmas instaladas en el país, que generan 130.00 empleos, México es el cuarto destino de las inversiones españolas en el mundo, con un stock acumulado de 57.120 millones de dólares. Santander y BBVA suman el 40% del sistema financiero mexicano, Gas Natural Fenosa e Iberdorla producen el 20% de la electricidad del país y Telefónica es el segundo operador de telefonía móvil, con más de 20 millones de clientes. “Lo que pasa en México, importa en España”, en expresión de Dastis.
La imbricación económica entre ambos países es tan intensa que ya no puede medirse con los parámetros clásicos. El grupo Carso, propiedad del magnate mexicano Carlos Slim, asociado a las españolas FCC y Acciona, construye la terminal del nuevo aeropuerto de Ciudad de México por 3.900 millones de euros, el mayor proyecto de infraestructuras en curso en América Latina, pero FCC está controlada a su vez por Slim. Un viaje de ida y vuelta como el que hacían los emigrantes españoles, pero a la inversa.