¿Después de la Nica Act pedirán los Tomahawk?

Interesante, incluso en medio del peligro que las acciones de Estados Unidos están ocasionando en lo que parece ser una guerra mundial no declarada: algunos de los que aplaudían públicamente la acción de los vendepatrias que fueron a rogarle a la Ileana Ros-Lehtinen que castigaran a Nicaragua, como que se están echando para atrás.

Sabemos que no se trata de ningún tipo de patriotismo nacido espontáneamente, sino más bien de la apreciación de las imágenes que reportan las grandes cadenas televisivas de lo que ocurre en Siria (ya habían olvidado lo de Irak, Libia, Afganistán y otras naciones o no lo relacionaron con nuestro país).

En Irak y otras naciones árabes –idéntico es el caso Siria-, Estados Unidos y algunas potencias europeas han exacerbado las diferencias entre musulmanes chiítas y sunitas a fin de alzarse finalmente con el petróleo de dichos países.

¿Efecto de los Tomahawk?

Como el país imperialista de las últimas décadas, a los Estados Unidos no les interesa la vida de los ciudadanos de las naciones en las que intervienen descaradamente. Mucho menos pesar sienten por la infraestructura, compuesta en muchos casos por obras antiquísimas de un alto valor histórico.

Lo que parece haber despertado la “conciencia” de algunos es la caída de los misiles Tomahawk en el campo aéreo de Shayrat en Siria, esos mismos artefactos que otros desean ver aterrizar en Nicaragua con su carga de muerte y destrucción.

A como van las cosas, los destructivos cohetes teledirigidos podrían apuntar pronto hacia Venezuela, donde los planes del “golpe suave” han tenido algún grado de avance.

El “golpe suave” en los países de Oriente es conocido como “Primavera árabe” y en Siria empezó en 2011. Miles de personas han sido asesinadas desde entonces por los gringos y los terroristas apoyados además por países árabes pro USA, empeñados en apuntalar el dominio sunita en la región con la caída del chiíta Bashar al-Assad.

Como decíamos, la analogía con Irak es clara: han echado a pelear a las facciones religiosas (chiítas y sunitas) para luego pescar ellos a sus anchas en el río revuelto que dejan sus ataques y las posteriores guerras civiles una vez depuestos los gobiernos existentes.

Conspiración contra Nicaragua

Como se ha visto, el resultados son miles de inocentes asesinados por las fuerzas invasoras y otros miles que siguen muriendo en los enfrentamientos tribales como son los casos de Libia, Irak, Afganistán y otros donde los marines yanquis han puesto sus ensangrentadas botas.

Sabemos que existe una conspiración en curso en contra de Nicaragua, y aunque aquí no han logrado abrir ninguna fisura a lo interno, los políticos traidores agrupados en el MRS y sus ONG opositoras han renunciado a cualquier principio moral y humano, demandando a Estados Unidos sanciones económicas en contra del pueblo sandinista.

El asunto es que dichas sanciones, que son el primer paso para ensayar después un golpe de Estado, golpearían por igual a todos los nicaragüenses que actualmente viven uno de los más largos periodos de paz y bonanza económica, con un gobierno empeñado en grandes proyectos de desarrollo a fin de involucrar en la prosperidad a la mayor parte de la población.

Lo peor, sin embargo, es que a como ocurrió en los años 80 del siglo pasado (para aquellos que también parecen haberlo olvidado) los muertos los pusieron nicaragüenses de los bandos en conflicto, en este caso los revolucionarios que desalojaron del poder a la sanguinaria dictadura somocista, y exguardias de la GN apoyados por gente sencilla que se tragó entero el discurso de que los sandino-comunistas se comían a los niños y convertían a los viejos en jabón.

¿Podrían gobernar los traidores?

Desde esa época a la presente, la violencia utilizada por el ejército gringo contra naciones consideradas hostiles ha crecido en intensidad con la aplicación de la teoría del “shock y el terror”, basada en el bombardeo con misiles y aviones de sitios considerados claves para desarticular al país víctima, y luego sumirlo en un estado de pánico.

¿Quién saldrá indemne aquí de presentarse un escenario como el de Libia, Irak, ahora de Siria y el que también amenaza a Venezuela? En el hipotético caso de que finalmente el sandinismo sea apartado del poder por las fuerzas de los Tomahawk o de los bombarderos estratégicos, ¿podría gobernar tranquilamente una coalición de traidores?

Las excusas para atacar un país son generalmente prefabricadas por los Estados Unidos, “validándolas” a través de la red de medios de comunicación cuyos dueños coinciden con las fuerzas oscuras que controlan los hilos de la política mundial (en Nicaragua La Prensa y Confidencial son sus principales representantes).

“Preocupados” por amistad con Rusia

Presuntas armas químicas en Irak y ahora en Siria. Supuesta falta de democracia y represión en Venezuela. Como no han podido convencer a nadie de que en Nicaragua ocurre algo similar a lo que se han cocinado en el país de Hugo Chávez, ahora empieza a “preocuparles” la amistad de nuestro país con Rusia.

Los tanques adquiridos a Rusia, la estación satelital de Glonass, los ejercicios militares con soldados de la nación de Europa del Este… todo les resulta sospechoso a los halcones de la guerra yanquis. ¿Inventarán que la fábrica de vacunas es un centro especializado de armas químicas? Con esta gente y sus lacayos locales todo es posible.

Ante la decisión de Nicaragua de hacer valer su soberanía teniendo relaciones con todas las naciones del mundo, está la voluntad de la Ros-Lehtinen, Violeta Granera, Ana Margarita Vijil y compañía, de ponernos bajo la égida del imperio como buenos discípulos del ya caduco y fracasado pensamiento neoliberal.

¿No temen a los “daños colaterales”?

Las amenazas van in crescendo. El grupo de felones que se reunió con los congresistas norteamericanos y que provocó la Nica Act ha tratado de pasar desapercibido, dejando a unos cuantos despistados en sus medios de prensa y las redes sociales defendiendo el derecho de los Estados Unidos a ser los “guardianes de la democracia” en el mundo.

Hoy, Nicaragua vive en paz, somos uno de los países más seguros del continente y del planeta. En un futuro mediato, si persiste el entendimiento entre la Ros-Lehtinen con la dirigencia del MRS y las ONG opositoras que imploraron su ayuda, el escenario podría cambiar radicalmente. Y que ningún delincuente político y traidor se sienta a salvo del “fuego amigo” que suele caracterizar a las invasiones norteamericanas.

 

 

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