En homenaje a William Shakespeare y Miguel de Cervantes cada 23 de abril, desde hace más de 20 años por decisión de la Unesco, se celebra el Día del Libro.
Hace cuatro siglos, un 22 de abril, el mundo despedía a tres grandes de la literatura universal, Miguel de Cervantes Saavedra, máxima figura de las letras españolas y en cuyo honor se celebra el día del libro por decreto de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco); William Shakespeare, el gran poeta y dramaturgo inglés, y al inca Garcilaso de La Vega, reflejo de una época colonial en la que convivieron dos culturas tan diferentes que no pudo identificarse con ninguna de ellas, debido a su condición de mestizo.
Fue el poeta, dramaturgo y novelista francés, Víctor Hugo, el que a mediados del siglo XIX, se dio cuenta que las fecha de la muerte de estos tres genios de la literatura coincidían y desde entonces él se encargó de difundir esta casualidad en el mundo.
Recordar cada 23 de abril a Cervantes, Shakespeare y al Inca Garcilaso de la Vega es pasearse por una literatura que escarba en las miserias humanas para enfrentar al hombre a su propia conciencia individual, y oponer los conflictos narrados a la conciencia colectiva. Pero, también es encontrarse con algunas casualidades que conectan sus vidas o muertes.
En torno a la vida y muerte de estos tres hombres de letras hay muchos datos curiosos que teleSUR te invita a descubrir.
Aunque se dice que Cervantes habría muerto el 22 de abril de 1616 y que su sepelio fue el 23 de abril, en realidad, según los archivos de la Iglesia Parroquial de San Sebastián, el 23 de abril de 1616 aparece como la fecha del deceso y ese es el documento oficial.
Se dice que Shekespeare murió el 23 de abril en Stratford, pero en esa época existía un desfase entre los calendarios inglés y español. Así, para los ingleses, Shakespeare murió el 23 de abril, pero para los países católicos el 3 de mayo.
Algunos sitios fechan la muerte del Inca el 23 de abril otros el 24 de ese mes.
Un grupo de científicos cree haber encontrado la tumba de Miguel de Cervantes en 2014, pero no existe certeza plena, porque este fue enterrado en una tumba sin lápida y sin nombre que permitiera saber quién yace en el lugar.
El propio Shakespeare dictó los versos de su epitafio, que se hallan grabados en la lápida. Dicen así: Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito sea el hombre que respete estas piedras y maldito el que remueva mis huesos.
En la lápida de la tumba del Inca, en la Capilla de la Catedral de Córdova, se lee el siguiente epitafio: «Inca Garcilaso de la Vega, varón insigne, digno de perpetua memoria. Ilustre en sangre. Perito en Letras. Valiente en armas. Hijo de Garcilaso de la Vega. De las casas de los Duques de Feria e Infantado y de Elízabeth Palla hermana de Huayna Capac, último emperador de las Indias. Comentó La Florida, tradujo a León Hebreo y compuso los Comentarios Reales».
Fuente: teleSUR