Con qué frescura y descaro la derecha nicaragüense, aglutinada en grupos políticos, ONG opositoras y medios de comunicación aliados se dedica arbitrariamente a señalar culpables, sobre todo si éstos no comulgan con su ideología neoliberal, tal es el caso de la crisis del INSS y el actual Gobierno, al que se la atribuyen, omitiendo de forma conveniente delitos que se cometieron en las administraciones de 1990 al 2006.
Los detractores del Gobierno continúan gritando a los cuatro vientos que el culpable de la crisis en el INSS es el “orteguismo”, tal como se lee, escucha y ve en los medios de prensa de la derecha, quienes tratan de ocultar la realidad teniendo como punto de apoyo el argumento utilizado por Joseph Gobbels, jefe de propaganda nazi, sobre que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.
Pero como dicen, nada hay oculto entre cielo y tierra, mucho menos usando subterfugios tan endebles como los articulados por la derecha, de ellos se encargó el Presidente Ejecutivo del INSS, Roberto López, quien además de dar a conocer que ni la edad de jubilación ni las cotizaciones aumentarán, puso en evidencia el saqueo del que fuera víctima esa entidad desde los gobiernos de 1990 al 2006.
Una de las “perlas” que omitió el diario La Prensa, fue que en el gobierno familiar de 1990 al 1995, dicha administración obligó al INSS comprar CENIS por la cantidad de nueve millones de dólares a una compañía minera extranjera (EEUU), a pesar de que su valor real era de tres millones de dólares. A esto se suma que en 1994 el INSS le prestó 14 millones de dólares al Bavinic sin ningún tipo de garantías.
Con esa plata en mano, el Presidente de Bavinic, familiar de los que ostentaban el poder, se dedicó a prestar alegremente a compañías de construcción privadas para que llevaran a cabo supuestos proyectos habitacionales que nunca se vieron; esa enorme deuda jamás fue pagada. Fue hasta el siguiente gobierno neoliberal que esa compromiso fue saldado con la entrega del Centro de Convenciones Olof Palme y otras propiedades.
Por si el patrimonio del Estado, del INSS y de sus trabajadores afiliados no se hubieran perjudicado lo suficiente, en 1999, en un intento de privatizar el Seguro Social, el Gobierno de turno se hizo de un adeudo de 60 millones de dólares con el FMI y con el BID, pero ni las famosas Administradoras de Fondo de Pensiones (AFP) fueron creadas y tampoco se supo del paradero de toda esa plata, pero sí quedó vigente la deuda.
A esos más de 17 años a todos estos y mucho más desmanes de los gobiernos de turno en perjuicio de los asegurados y pensionados, se suman la derogación en 1994 del pago de la pensión reducida, cuantiosos pagos a través de cheques girados por el INSS a funcionarios de la Asamblea Nacional en concepto de complemento de salario, la privatización de los servicios de salud con la creación de las clínicas de garaje, donde participaban funcionarios del INSS.
Igualmente, los medios de comunicación, grupos políticos y ONG opositores callan sobre el aumento significativo registrado del 2006 al 2017 en el número de afiliados al INSS, de menos de medio millón a casi un millón. La pensión mínima subió de mil 212 córdobas a cuatro mil 680; se revalorizan las pensiones en relación al dólar y se restituye la pensión mínima a un total de 42 mil 946 personas, entre otras reivindicaciones.
El Presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), José Adán Aguerri, reconoció los alcances positivos en Nicaragua de los proyectos sociales financiados, en parte, por el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que hoy está por arriba de los 500 millones de dólares en el sistema financiero y que permite a muchos ciudadanos tener acceso a préstamos para construcción o compra de viviendas.
Estos y otros muchos avances se han podido lograr con los aportes que el INSS, a través de su cartera, ha logrado invertir para el beneficio, tanto de la población en general como de sus afiliados, pero lo cierto es que para la derecha en Nicaragua, no importa el disfraz que se ponga, los programas y proyectos que se hagan en favor de la ciudadanía es malgastar el dinero que ellos quisieran tener para seguir dándose la gran vida.