En su continua campaña de dar “palos de ciego”, la derecha nicaragüense, mediante su caballito de batalla diario La Prensa, retomó su inútil cruzada de enfrentar al Gobierno de Nicaragua con los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), con el objetivo de que dicho organismo regional fije en ellos su atención, la que, está comprobado, es mal vista por la falta de credibilidad y popularidad de sus cabecillas.
Ante la rabia de que la comisión técnica de la OEA solo se reuniera con el gobierno y en la denodada búsqueda por llamar la atención, quieren aprovechar de forma indigna la situación de Venezuela para manipular recientes declaraciones del presidente Daniel Ortega para hacer creer a la comunidad latinoamericana que el mandatario nicaragüense está atacando a ese máximo órgano continental.
Ortega se refirió en un discurso a los muchos atropellos por el que actualmente están atravesando gobiernos que apoyan la salida intervencionista promovida desde la Casa Blanca por los EEUU, pero lo cierto es que en ninguno de estos casos, en el hemiciclo de la OEA ni de parte de los países que se oponen a esta salida injerencista, se está ideando un complot que tenga como fin su derrocamiento.
Para “avalar” sus retorcidas presunciones, La Prensa bajó nuevamente al sótano de su desesperación a desempolvar a sus “expertos” en derechos humanos y politólogos en decadencia, quienes en sus peroratas cotidianas y perfectamente estudiadas, dieron rienda suelta en contra del presidente Ortega, a quien señalan de atacar a los países miembros de la OEA, todo con tal de “halar agua para su molino”.
La posición de los países que integran el ALBA, así como las de los representantes de islas pequeñas del Caribe, hace indicar que fracasará cualquier intento comandado por Estados Unidos y México, junto a otros países latinoamericanos, de imponer una resolución en la que piden anular el llamado a una Asamblea Constituyente, ‘entre otras demandas injerencistas’ al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Incluso, el rotativo mexicano La Jornada en su editorial sostiene que “tales esfuerzos ilegítimos dan cuenta de que las naciones mencionadas, así como el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, han decidido sacrificar los principios de la legalidad internacional y la viabilidad de la propia organización panamericana”, al igual que calificó de “lamentable el papel jugado por el gobierno mexicano en apoyo a una agenda impuesta desde Washington”.
La verdad es que las pretensiones y soberbia expresadas en el documento elaborado por los EEUU y cabildeado inútilmente por sus aliados con representes que no están de acuerdo con dicha posición intervencionista, pasaron de ser “importantes” para los fines de sus creadores, por sus fines injerencistas, a irrelevantes para los miembros que les profirieron un “NO” rotundo durante esta 47 Asamblea General de la OEA.