Una juez de Madrid ha ordenado exhumar al pintor Salvador Dalí, fallecido el 23 de enero de 1989 y enterrado en su museo de Figueres (Girona), a fin de obtener muestras de su cadáver que permitan determinar si es el padre biológico de Pilar Abel, una gerundense nacida en 1956 que presentó una demanda para ser reconocida como hija del artista. El estudio del ADN del cadáver del pintor es necesario ante la falta de otros restos biológicos o personales con los que practicar la comparativa con la demandante, según explica la magistrada.
Según indica en un auto la juez encargada del caso, María del Mar Crespo, titular del Juzgado de Primera Instancia número 11, «es necesaria la prueba biológica de investigación de la paternidad de María Pilar Abel Martínez respecto de D. Salvador Dalí Domenech», al «no existir restos biológicos ni objetos personales sobre los cuales practicar la prueba por el Instituto Nacional de Toxicología».
La magistrada ordena que se libre un exhorto a los juzgados de Figueres para que el médico forense adscrito a estos proceda a la extracción de muestras del cadáver del pintor y sean remitidas al Instituto de Toxicología, al que corresponde la investigación. Contra esta decisión cabe recurso de reposición en el mismo juzgado. Según el abogado de la demandante, Enrique Blánquez, aún no hay fecha para proceder a desenterrar del cadáver del genial surrealista, aunque ha considerado que «podría tener lugar el próximo mes de julio».
Pilar Abel Martínez, nacida en Figueres en 1956, dice ser hija de Salvador Dalí y lleva luchando porque se le reconozca su parentesco desde 2007. Su madre, que era natural de Pineda de Mar (Barcelona), le contó que había mantenido una relación clandestina con el pintor en Port-Lligat (Cadaqués), donde ella trabajaba como empleada de una familia que pasaba temporadas en la localidad. Sin embargo, en 1955 abandonó el trabajo y volvió a Castelló d’Empúries, de donde era vecina. Allí se casó y meses después, el 1 de febrero de 1956, nació ella.
Según la demandante, la primera vez que escuchó que era hija de Dalí fue en boca de su abuela paterna, quien le repitió en varias ocasiones «sé que no eres hija de mi hijo, que lo eres de un gran pintor, pero te quiero igual» y la acusaba de ser «rara como su padre [en referencia a Salvador Dalí]».
“Tengo esperanzas de que tras tres pruebas de ADN, de las que nunca he visto los resultados, esta vez llegaremos hasta el final», contó a este diario en 2015, cuando fue admitida a trámite la demanda. En caso que finalmente fuera reconocida como hija del genio surrealista, Abel tendría derecho a la legítima, a llevar su apellido, y a los derechos de autor, pero todo ello sería objeto de otra demanda.
La acción legal fue presentada contra el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, y contra la Fundación Gala Dalí, en condición de herederos legales del pintor. La Fundación Gala Dalí no ha querido pronunciarse por el momento sobre esta resolución judicial, según ha indicado a Efe una portavoz de la entidad.
Abel, que echó las cartas durante ocho años en un programa de Televisión de Girona, demandó en 2005 al escritor Javier Cercas porque se sintió aludida e insultada al verse reflejada en la el personaje de la pitonisa Conchi en su novela Soldados de Salamina. Le reclamó de 600.000 euros. Pero el juzgado de Girona archivó la denuncia en enero de 2006 al considerar que el personaje formaba parte de la ficción y que el escritor ni tan siquiera la conocía.
Fuente: El País