El acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán aumentaría la influencia de Rusia y China en Oriente Medio, y el ascenso del eje Moscú-Pekín-Teherán aceleraría el declive de EE.UU. en la región, asegura el analista estadounidense Arthur Herman.
En su artículo para ‘The Wall Street Journal’, el analista asegura que el levantamiento de las sanciones contra Irán conllevaría el mayor giro geopolítico en Oriente Medio desde la crisis de Suez de 1956.
Herman está convencido de que precisamente Rusia y China se convertirían en los mayores jugadores en la reactivación económica iraní en cuanto se levanten las sanciones internacionales contra el país, sea en el sector de tecnologías informáticas o en proyectos de hidrocarburos.
Con el fin de la prohibición de la compra de armas convencionales, habría que esperar que un «gran bazar de armas» se abra en Teherán, escribe Herman.
«Moscú puede ofrecer sus avanzados cazas Su-30 Flanker para remplazar la flota de F-14 -en servicio en la Fuerza Aérea iraní desde los tiempos de Jimmy Carter- así como los sofisticados sistemas antiaéreos S-400, que harían cualquier futuro ataque de EE.UU. o Israel a sus instalaciones nucleares demasiado costoso», escribe el analista.
Según Herman, lo más importante es que un fuerte y creciente Irán corresponde a los intereses estratégicos de China y Rusia en la región.
«Para Rusia esto incluye el apoyo de Irán al presidente sirio Bashar al Assad, quien facilitará la creciente presencia naval de Rusia en el este del Mediterráneo», señaló.
Mientras China añadiría a Irán a la lista de socios estratégicos y ampliaría su cooperación militar.
«La aparición del eje Moscú-Pekín-Teherán […] solo acelerará el eclipse de EE.UU. como el poder ajeno dominante de la región, con consecuencias que nadie es capaz de predecir», concluye el autor.