Ahora la derecha anuncia que va a “arreciar” sus tragicómicas “marchas” de los miércoles, lo que implicaría que con sus tristes peregrinajes van a obstaculizar por más tiempo el libre paso de la ciudadanía y del transporte, en un vano intento por desestabilizar al gobierno y de paso hacerse ver por los electores.
El colmo de las bufonadas de estos sectores es que han llegado al punto de pedir “protección” policial para sus alborotos callejeros, porque es “responsabilidad” del Gobierno garantizar sus berrinches semanales.
Por otro lado, contrario a la presunta colaboración que dijeron estarían dispuestos a dar al Consejo Supremo Electoral (CSE) en el proceso de cedulación, los “opositores” amenazaron con obstruir el trabajo en las oficinas municipales que este Poder del Estado inauguró recientemente para que los ciudadanos puedan adquirir ese valioso documento.
Otra vez a estorbar
Las anunciadas “marchas” para este miércoles estarían encabezadas por diputados del PLI, quienes en vez de estar haciendo su trabajo, por el que los votaron e incluso les pagan, dedican tiempo a escaramuzas sin sentido, que solo cuentan con el desagrado y la desaprobación de la ciudadanía.
Resulta que ahora los medios de comunicación de la derecha también están haciendo una campaña para que sus partidos o coaliciones, como las llaman, no participen en la elecciones del 2016, proclamando con esta acción la desaparición de todas aquellas agrupaciones políticas que hagan eco de esta inapropiada invitación.
Los cabecillas del PLI, que se dan a la tarea de perder su tiempo en estas “marchas”, se han propuesto en sus ya continuos desatinos involucrar en este agónico movimiento al PLC, un partido político del que reniegan e identifican como una agrupación dirigida por un caudillo que hace y deshace a su antojo con el beneplácito de sus miembros.
Montealegre “cortando cabezas”
Lo cierto es que tratan de aparentar una unidad que nadie les cree, y el promotor de estos descalabros es al que en el PLI llaman su líder: Eduardo Montealegre, quien sacando uñas muy bien afiladas se ha encargado de “cortar” cabezas e imponer sus criterios, a como ocurrió con el tema de las elecciones primaria, las que abolió por el “dedazo”.
Un reciente caso de la “potestad” de Montealegre ocurrió este fin de semana en Ocotal, en donde un grupo de opositores de la ex contra quiso unirse a la llamada coalición que encabeza el PLI, pero les fue negada su solicitud, por lo que los supuestos firmantes terminaron criticando a la dirigencia liberal tomar posiciones egoístas.
Según los miembros de la ex contra, ellos fueron convocados para que se firmara la alianza, pero al final del acto de compromiso les negaron el documento que supuestamente se sellaría con la rúbrica de ambas agrupaciones, por una orientación de última hora proveniente de la dirigencia del PLI en Managua.
En esa actividad también estaban presenten disidentes del PLC de Nueva Segovia, quienes también querían pertenecer a la llamada coalición del PLI, pero al ver lo que llamaron “intereses de cúpula”, optaron por levantarse de la mesa y no adquirir ningún tipo de compromiso con esa alianza política.