Azahalea Solís, una señora que se caracteriza por enarbolar la bandera del feminismo en Nicaragua y que además es la jefa del Movimiento Autónomo de Mujeres, MAM, es muy solidaria con su pareja, Sofía Montenegro, a quien contrata para realizar hasta trabajos mínimos de traducción que se tienen que hacer de los documentos que elaboran para enviarlos al exterior y, así, justificar los bondadosos financiamientos que reciben de las agencias de EE.UU y de Europa.
En un correo que se encuentra en nuestras manos, la señora Solís, le comunica Sofía, que se tomo la decisión que fuera ella quien haga la traducción de un documento. Ni corta ni perezosa, Sofía le contesta que la tarifa actual de los traductores es de 0.08 centavos de dólar por palabra y como el documento contiene 9256 palabras, el trabajo cuesta 740 dólares con 47 centavos.
Lo que más llama la atención es que esos organismos que se autollaman de la sociedad civil reciben financi
miento para todos los proyectos que se les ocurra realizar, pero no dejan escapar nada, todos los trabajos, por mínimos que sean los absorben entre ellos sin darle oportunidad a otra persona para que se gane esos centavitos.
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