Berlín castigó a Merkel

El partido conservador obtuvo el peor resultado de su historia en las elecciones regionales, en un clima de descontento hacia políticas de cara a los refugiados, que ha sido aprovechado por los grupos de extrema derecha.

 

Los comicios regionales de Berlín mostraron la peor cara del partido de Angela Merkel y arrojaron un dato preocupante: con 14,2 por ciento de los votos, Alternativa para Alemania (AfD), férreo opositor a la política migratoria del gobierno, ingresó en el décimo parlamento de los 16 que hay en el país, confirmando su tendencia de cara a las elecciones federales a celebrarse en Alemania el próximo año. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel quedaría afuera de la coalición gobernante en Berlín, junto al Partido Socialdemócrata (SPD). El partido de la canciller logró el 17,5 por ciento de los votos, cinco puntos menos sobre los últimos comicios. Los socialdemócratas también perdieron terreno respecto de 2011. El SPD se impuso con el 21,5 por ciento de los votos, un mínimo histórico. Sin embargo, el actual alcalde de esa fuerza, Michael Muller, se mantendrá al frente de la ciudad. Durante la campaña, Muller dejó ver su deseo de formar coalición con los ecologistas de Los Verdes, que obtendrían cerca de 15 por ciento de los votos, más Die Linke, otro partido de izquierda, que avanzó al 15 por ciento.

Cerca de 2,48 millones de personas estaban llamadas a votar en las elecciones en Berlín. La participación aumentó este año de forma notable en relación con 2011. Así, del 60,2 por ciento de hace cinco años pasó al 66,9 por ciento en estos comicios. Jamás en la historia de la ciudad, la de Berlín Oeste, que prosiguió a la Segunda Guerra Mundial, y la de la capital reunificada de 1990, la CDU había mordido el polvo como ayer. El partido conservador obtuvo el peor resultado de su historia en las elecciones regionales en un clima de descontento hacia las políticas impulsadas por la canciller frente a la crisis de refugiados –malestar que ha sido aprovechado por los grupos de extrema derecha–, con el arribo de casi un millón de migrantes el año pasado, una cifra récord.

Se trata, además, del segundo traspié electoral en dos semanas en comicios regionales para el partido de Merkel, a un año de las legislativas. A principios de septiembre el AfD, creado hace sólo tres años, se había impuesto en el noreste del país. Desde un tiempo a esta parte, la fuerza de extrema derecha supo captar una parte del electorado de los partidos tradicionales, en primer lugar de la CDU, sectores que ya no coinciden con la política de apertura de Merkel, así como del voto de protesta que antes pendulaba hacia la abstención. El mal resultado en Berlín podría empujar a la CDU a encolumnarse en la oposición en una ciudad de 3,5 millones de habitantes.

Aunque se trate de comicios locales, el ingreso de la extrema derecha al parlamento regional berlinés, y a los consejos municipales de algunas circunscripciones, tiene un valor simbólico de peso. Berlín, una ciudad cosmopolita, abierta al mundo, cuya composición étnica sigue en transformación 27 años después de la caída del Muro, gozaba del priviliegio de ser la ciudad alemana –con estatuto de Estado-región– que resistía a las tendencias populistas.

“El verdadero ganador es AfD. Lo que hemos conseguido hoy en Berlín es único”, dijo exultante el líder de la formación ultraconservadora en la capital alemana, Georg Pazderski. “De cero a una cifra de doble dígito, eso es un récord para Berlín’’, celebró el principal candidato de la AfD, quien vaticinó que el próximo año los alemanes le darán la espalda a Merkel. El copresidente del partido, Jörg Meuthen, compartió también esa visión triunfalista señalando que AfD demuestra que ya es un partido establecido en el panorama político germano.

El partido de extrema derecha, nacido en 2013 como partido euroescéptico y que algunos daban por muerto hace poco más de un año, selló durante este año sus mejores resultados electorales gracias a su postura anti-refugiados y de tintes xenófobos.

Hace tan solo dos semanas, AfD logró desbancar a la CDU de Merkel como segunda fuerza política en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, la región en la que se encuentra el distrito electoral de la canciller. Entonces la mandataria asumió la responsabilidad por la derrota de su formación y reconoció que los resultados estaban relacionados con la política de refugiados.

En su campaña, el alcalde socialdemócrata de Berlín intentó dramatizar el desafío. “Si la AfD supera el 10 por ciento de los votos será interpretado en el mundo entero como el signo del renacimiento de la extrema derecha y de los nazis en Alemania’’, manifestó. “En una ciudad tan a la izquierda como Berlín, nuestro resultado por encima del 10 por ciento es un gran éxito’’, le respondió Meuthen. En algunos distritos la formación logró un incluso más del 20 por ciento. Aunque la CDU es, desde hace 15 años, tradicionalmente débil en Berlín, este nuevo revés complica un poco más la tarea de la canciller, criticada en su propia familia política.

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