La homosexualidad en nuestro país es un tema polémico por donde se le mire, debido a que Nicaragua es una nación donde predominan costumbres muy arraigadas sobre el papel del hombre y la mujer en el seno de la familia.
Los grupos LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero), son tolerados y hasta apoyados por el gobierno, sin embargo, por razones culturales de mucha raigambre en la sociedad, al parecer se ha decidido ir con calma en la dispensa de los derechos que reclaman.
Pero en su oposición a ultranza en contra del sandinismo, ONG politizados como la Coordinadora Civil desempolvaron la penalización que hiciera el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro en contra del homosexualismo, al que calificó de “sodomía”, penalizándolo hasta con tres años de cárcel.
No les bastó que el presidente Daniel Ortega creara una Procuraduría de la Diversidad Sexual. Es que los de la Coordinadora y demás ONG opositoras lo que buscan es arrebatarle el poder al FSLN para devolverlo a la derecha oligárquica.
Lo hicieron en años anteriores y no cejarán en el presente año electoral. Buscarán cualquier asidero para atacar, como cuando pretendieron imponer leyes sobre la diversidad sexual que no existen ni en naciones altamente desarrolladas.
Este es uno de los documentos:
Proyecto de Propuesta de Plan contra la Discriminación y Consulta sobre Anteproyecto de ley contra la discriminación.
Antecedentes
A inicios de los años 90 con el nuevo gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, tuvimos la posibilidad los nicaragüenses, de haber construido un Estado de Derecho, que tuviera como principios básicos un proyecto de nación con enfoque de derechos, y con la participación amplia y efectiva de la ciudadanía, sin discriminación de ningún tipo, a como la misma Constitución Politica de la República de Nicaragua lo manifiesta en varios de los artículos de la Carta Magna.
Pero en contra del mismo espíritu del texto constitucional, en el año 1992, por iniciativa de la misma presidenta la Asamblea Nacional legisla la discriminación, violentando el texto constitucional en contra del derecho de las personas del mismo sexo al ejercicio de sus derechos sexuales entre pares, aprobando el Artículo 204 en el Código Penal, con el nombre de Sodomía, discriminando y penalizando por primera vez en la historia constitucional de Nicaragua, las relaciones sexuales o amorosas entre personas del mismo sexo, hasta 3 años de prisión.
Este artículo creó un precedente, que dio inicio a todo un proceso de retroceso institucional en contra del Estado De Derecho, en contra de los derechos ciudadanos, penalizándose años posteriores, el aborto terapéutico que había sido aprobado en el Siglo XIX, igualmente bajo prejuicios religiosos fundamentalistas, violentando el estado laico, donde las iglesias tuvieron una influencia directa en las decisiones de los diputados y otros funcionarios de estado en beneficio de éstas, y que crearon además un clima propicio discriminatorio, prolongándose durante varios años, que nos ha llevado a dos décadas continuas de comportamientos, actitudes y decisiones políticas e institucionales que crearon verdaderas políticas públicas discriminatorias en varios ámbitos, tanto políticos, económicos, sociales, culturales, como en derechos sexuales, reproductivos, laborales, violentando la clase política nicaragüense, los derechos políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales de la mayoría de los ciudadanos nicaragüenses. Estableciéndose de hecho, un estado confesional, y anticonstitucional con la aprobación de varias leyes y políticas que refuerzan y perpetúan la discriminación entre los ciudadanos nicaragüenses.
En el año 2010, en el Examen Periódico Universal, EPU, del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en las recomendaciones hechas al Estado de Nicaragua, éste acepta legislar en contra de la discriminación de la diversidad sexual, puesto que este sector ha sido uno de los más beligerantes en acoger y dar seguimiento a las denuncias pero también a las resoluciones internacionales tanto de Naciones Unidas como de la OEA, han hecho llamados dramáticos en que los estados deben de legislar en contra de toda forma de discriminación, puesto que en países como Africa y Asia, han impuesto verdaderos estado de terror, persecución que justifican los crímenes de odio y las masacres masivas en contra de estas poblaciones GLBT, y en contra de las mujeres, sus dos principales objetivos, justificando estas barbaries como parte de la idiosincrasia cultural, de las buenas costumbres y en el nombre de dios.
Contexto Actual
Es en este contexto mundial, regional y nacional, y ante los evidentes signos de discriminación y homofobia, de varios actores y líderes políticos en Nicaragua, y los terrores discriminatorios impuestos en otras latitudes del planeta, es que como organización de diversidad sexual, y que somos parte del conjunto de organizaciones pertenecientes a la Coordinadora Civil, estamos promoviendo un amplio debate, tanto jurídico como cultural y social, con un enfoque de derechos, podamos consensuar con otros enfoques tanto de género como generacional, y otros sectores sociales, gremios, organizaciones comunitarias, juveniles, mujeres, laborales, ambientales, institucionales, etc. un plan de acción que nos conduzca a movilizar una propuesta de anteproyecto de ley contra la discriminación y poderla someter a la Asamblea Nacional con el más amplio consenso de toda la nación, así como de los tomadores de decisión del país.
Nicaragua en los últimos años ha vivido un proceso de involución en el tema de los derechos humanos y la ciudadanía, y aún no se ha analizado en este proceso de polarización política y social de Nicaragua, este componente discriminatorio en lo cultural y que tiene una expresión y una historia en lo institucional, cuando las creencias, costumbres, e ideologías personales, cuando llegamos a ser parte de grupos de poder que toman decisiones nacionales y municipales las convertimos en políticas públicas de estado, violentando la buena convivencia, el respeto de la libertad de opinión y expresión, de creencia, de asociación, de pertenencia e identidad personal y colectiva, imponiendo autoritariamente posiciones personales o de grupos de poder en contra de los diferentes sectores y grupos sociales y culturales, profundizando la discriminación, la división y el no reconocimiento entre los diferentes actores diversos como parte de la nación, haciendo una violenta ruptura del enfoque de unidad de nación, creando parcelas segmentadas, feudos o cacicazgos, que los enfrentan y polarizan la convivencia social y comunitaria,