Bush padre rompe el silencio

George H. W. Bush expone en un libro de memorias sus opiniones sobre la polémica presidencia de su hijo. Cuestiona a su entorno.

 

A los 91 años Bush padre, que ocupó la oficina oval de 1989 a 1993, rompió su silencio sobre el controvertido mandato doble de su hijo (2001-2009), en un libro de entrevistas que saldrá a la venta la semana próxima (Destiny and Power: The American Odyssey of George Herbert Walker Bush), en un momento en el que su otro hijo, Jeb Bush, tiene la esperanza de perpetuar la dinastía familiar e ingresar él también a la Casa Blanca en enero de 2017.

George H. W. Bush critica con contundencia a Dick Cheney, al que llama “culo de hierro”, y señala la arrogancia de Donald Rumsfeld, ambos funcionarios clave en la presidencia de su hijo George W. La cadena Fox News, que adelantó extractos del libro, aborda este episodio inaudito en Bush padre, quien siempre había mantenido un tono muy respetuoso al hablar de las presidencias de sus sucesores, pero que en esta ocasión se despacha contra dos figuras que “sirvieron mal al presidente (su hijo)”.

El ex vicepresidente Dick Cheney fue acusado de haber construido su “propio imperio” y el ex secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, “sirvió mal al presidente”, según algunas páginas adelantadas el jueves por The New York Times y Fox News.

En esa obra biográfica, Bush padre reprocha a Cheney haber adoptado una “línea dura” para convencer a su hijo de recurrir a la fuerza militar estadounidense en Irak y en Afganistán, dos conflictos que traumatizaron a Estados Unidos y contribuyeron a la victoria en noviembre de 2008 del demócrata Barack Obama, elegido en parte para poner fin a esas guerras.

Bajo la presidencia de Bush junior, “me preocupaba la retórica de esa época. Una parte emanaba de él (Bush hijo), es posible, y una parte venía de la gente a su alrededor”, confía así Bush padre al autor del libro, el biógrafo Jon Meacham. El ex mandatario llegó a insinuar que las posturas más radicalizadas de Cheney fueron causadas por la influencia de su esposa Lynne y de su hija Liz.

“Es bastante fácil ocupar los titulares de la actualidad con una retórica inflamada pero eso no necesariamente soluciona los problemas diplomáticos”, añadió el dirigente republicano, que fue un mandatario popular cuando inició la primera Guerra del Golfo en enero de 1991, antes de ser derrotado por el demócrata Bill Clinton en noviembre de 1992.

Bush padre hace referencia a un discurso de su hijo sobre el Estado de la Unión, en 2002 ante el Congreso, que ingresó a los anales por la invención del “eje del mal”, por el cual Irak, Irán y Corea del Norte eran señalados como los enemigos de Estados Unidos. “Volver sobre ese ‘eje del mal’ y ese tipo de cosas, creo que podría probarse históricamente que no resulta beneficioso”, sostiene el expresidente.

George H. W. Bush había trabajado con Cheney, que fue su secretario de Defensa cuando tuvo lugar la operación Tormenta del Desierto, cuando una coalición internacional dirigida por Estados Unidos expulsó de Kuwait en 1991 al ejército del presidente iraquí Saddam Hussein.

Pero 10 años después, a fines de 2001, bajo el terrible impacto de los atentados del 11 de septiembre, Dick Cheney, entonces vicepresidente de Bush hijo, se había vuelto “defensor de la línea dura, muy diferente al Dick Cheney que conocía y con el que había trabajado”, aseguró el veterano político. El número dos de la Casa Blanca se había transformado en “un duro”, afirma.

El padre no absuelve de todas formas a su hijo. “¿El error del presidente?”, se pregunta. Haberle dejado demasiado margen de maniobra a Cheney, que había montado su propia célula de política exterior, competidora con el Departamento de Estado.

Su otro hijo, Jeb, es uno de los precandidatos republicanos que compite por la presidencia en la elección de noviembre de 2016. Pero es superado en las encuestas por el magnate inmobiliario Donald Trump, el cirujano retirado Ben Carson y los senadores Marco Rubio y Ted Cruz. Jeb Bush, quien se siente el candidato más calificado según dijo a la CNN aún no leyó el libro de su padre, informó The Washington Post.

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