Cada vez y cuando las dependencias del Departamento de Estado de los EEUU y la CIA, como la NED, IRI, NDI,USAID, Freedom House, Amnistía Internacional, Soros e Hivos, entre muchas otras, avizoran un importante foro internacional, no pierden oportunidad para tratar de desprestigiar a gobiernos que consideran ajenos a los intereses norteamericanos, tal es el caso de nuestro país, en donde sus empleados locales se encargan de ser sus solícitos portavoces oficiales.
Ahora que está próxima la Asamblea General de la ONU, uno de estos apéndices que se hace llamar Amnistía Internacional, dio a conocer un informe en el que muy a sus anchas se dedica a desacreditar al Gobierno de Nicaragua, señalándolo de forma burda y mal intencionada como un violador de los derechos humanos, asimismo de perseguir a quienes “trabajan” en favor de esta actividad ciudadana, información que no tardó en publicarse aquí en sus medios de comunicación aliados.
Efectivamente, el diario LA PRENSA, empleado bastante eficiente de estas dependencias del Departamento del Estado y la CIA, desplegó en sus páginas la “importante” noticia, en la que repiten lo mismo que sus patrones: “En Nicaragua, el Estado hace caso omiso de las denuncias de violaciones de derechos humanos, mientras que los activistas de derechos humanos sufren persecución”, temática que acompañarán junto a sus grupos políticos aliados, como el MRS y el FDA, al igual que con las ONG opositoras.
Esta nueva orientación es otra muestra más del cinismo con que opera la derecha en el país, por un lado, se rasgan las vestiduras públicamente haciéndose “las víctimas” de un gobierno dictador que no les permite el acceso a la justicia y al ejercicio pleno de los derechos humanos; mientras que por otro, estimulan la traición al país apoyando por dinero todo tipo de políticas extranjeras nocivas para los nicaragüenses, como es el caso específico de la llamada Ley NICA ACT.
El mismo diario LA PRENSA, así como otros medios de comunicación, sectores políticos como el MRS y el FAD, al igual que ONG opositoras como la CPDH, el CENIDH, entre otras, todos financiados por el Departamento de Estado y la CIA mediante “programas humanitarios” inventados por sus organismos intermediarios, dijeron estar ofendidos al punto de “sentirse amenazados” personalmente por lo que calificaron de campaña en contra de sus vidas y sus organizaciones.
Entre los “defensores de derechos humanos” que manifestaron sentirse “calumniados y amenazados” están Vilma Núñez, presidenta del CENIDH, y Marco Carmona, secretario de la CPDH, porque según ellos, al igual que a otros grupos políticas y ONG “democráticos” se les está vinculando “equivocada e injustamente” con la Ley Nica Act, promovida por un grupo injerencista de Congresistas, republicanos y demócratas, liderado por Ileana Ros-Lehtinen, llamada como “La Loba” por su reconocida perversidad.
Resulta que las juradas y perjuradas afirmaciones de Marco Carmona, que hiciera a su nombre y en el de sus aliados del MRS, FAD, el CENIDH y demás ONG opositoras, así como de agrupaciones políticas y medios de comunicaciones afines, todos asalariados de la potencia del Norte, negando cualquier tipo de vínculo con la llamada ley Nica Act quedan en ridículo con la foto en el que el secretario ejecutivo de la CIPDH departe en evidente alegría con la legisladora, coautora de la iniciativa contra nuestro país.
Pero la mentira y la farsa de Carmona no acaban únicamente con el festejo compartido con la congresista Ileana Ros-Lehtinen, sino que le entrega un reconocimiento en compañía del presidente de la ANPDH, Álvaro Leiva Sánchez, por el “abnegado y desinteresado” esfuerzo con que la legisladora republicana trabaja en pro de la paz y la democracia en Nicaragua. No cabe duda alguna que tal galardón lo entregó en nombre de sus socios políticos en el país.
La verdad es que con el cinismo y el antipatriotismo con que actúan estos organismos de la derecha, por mucho que sean financiados por el propio Departamento de Estado y la CIA, jamás serán tomados en serio por Gobierno o Estado alguno, sobre todo que temas importantes como la democracia y los derechos humanos son cuantificados en relación a los réditos económicos del que puedan sacar como beneficios personales.