Cinismo opositor ante la CIDH

Hasta el año 2006 Nicaragua era el país perfecto para la oligarquía que ha manejado las riendas económicas y políticas durante los últimos siglos. El FSLN había sido desalojado del poder tras la cruenta guerra impuesta y financiada por Estados Unidos, pero lo mejor para algunos, era que los grandes medios escritos estaban en manos de la familia Chamorro.

Nadie en los ONG antisandinistas ni en sus aliados de la oligarquía veía mal que La Prensa por un lado, y El Nuevo Diario por el otro, estuvieran en manos de la familia Chamorro. No hubo entonces calificativos de “duopolio” o de control dinástico de los medios de comunicación. Claro, era el “orden establecido”.

A como hemos visto a través de las publicaciones de Nicaleaks, la derecha mediática local y sus pares en el planeta empezaron a agitarse desde que las primeras encuestas de 2006 avizoraron una posible victoria del partido rojinegro.

ONG desplazaron a partidos

Fueron tiempos en que la Embajada de Estados Unidos se involucró seriamente en el financiamiento y dirección de los grupos opositores que andaban dispersos, cada uno captando dinero para su propio bien personal. Todavía los partidos políticos eran los preferidos.

Con el fracaso del neoliberalismo, surgieron las ONG altamente politizadas como alternativa ante los organismos desestabilizadores ligados al “establishment” norteamericano (NDI, CIA, IRI, Soros, NED, etc.).

Y esas ONG necesitaban voceros. Confidencial se leía gracias a El Nuevo Diario, donde los primos garantizaban a Carlos Fernando Chamorro Barrios un lugar privilegiado en la portada. La Prensa no terminaba de cuajar su plan para sacar del mercado a sus parientes exsandinistas a través del Diario Hoy, un proyecto personal de Hugo Holmann Chamorro.

Intentaron retomar control de medios

El Nuevo Diario entró en crisis gracias a una pésima administración y fue vendido al Banco de la Producción (Banpro), que sin ser sandinista, puso fin al perfil abiertamente derechista que había adoptado durante el gobierno del ingeniero Enrique Bolaños.

Confidencial falló en su intento de “reponer” a El Nuevo Diario en cuanto al espectro de lectores que éste tenía, mientras que La Prensa, desaparecida la competencia familiar, se “condolió” finalmente de sus infortunados primos que echaron la culpa de sus malos manejos al gobierno.

Ahí nació la muletilla del “control” de los medios de comunicación, lo que es sin duda el mayor de los cinismos habida cuenta de que el mayor sueño de Holmann Chamorro, el gerente general de La Prensa, era sacar del mercado a los Chamorro García de El Nuevo Diario para quedarse con el monopolio de los medios escritos.

Voceros de sus propias oenegés

Ahora vemos a La Prensa y Confidencial haciendo eco a una sola voz a las “denuncias” que realizan las ONG opositoras, algunas pertenecientes a la familia Chamorro como CINCO y la Fundación Violeta Chamorro Barrios.

En esas “denuncias” de las ONG opositoras y proclives a las políticas más abyectas de los Estados Unidos está involucrado el MRS, compuesto por un grupo de renegados sandinistas que intentaron desaparecer para siempre al FSLN en 1995 y que fracasaron estrepitosamente.

Los amigos de doña Vilma

Hace unos días y en consonancia con la última arremetida de los planes de desestabilización, representantes de las ONG opositoras que reciben financiamiento extranjero se personaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo del que son asiduos visitantes al punto de que tienen allí muchas amistades incondicionales.

Como el único oficio de las ONG opositoras es atacar al gobierno, a eso precisamente llegaron, solo que tuvieron que pelear solas debido a que no tuvieron contrincante. No llegó ningún representante del gobierno. ¿Para qué? ¿Para escuchar las letanías de un grupito de amargados cuya obsesión es obtener el poder al precio que sea?

Como respaldo extranjero, el grupo, uno de los tantos que se dispersan por el mundo en busca de dejar mal parado al gobierno del FSLN, llevó al denominado Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), una ONG que asesora a sus similares como el CENIDH de Vilma Núñez, considerado una organización hermana.

Delegaciones intrigantes

Recordemos que una comitiva similar se desplazó hace un par de años a la oficina de la congresista ultraderechista de Estados Unidos, Ileana Ros-Lehtinen, a demandar sanciones en contra de nuestro país sobre el que no algunos, sino muchos de estos viajantes tienen aspiraciones presidenciales.

A la CIDH nunca le interesó que la familia Chamorro manejara durante décadas el monopolio de los medios escritos a través de La Prensa, sin embargo, ahora un comisionado de apellido Cavallaro está “preocupado” por el “duopolio” de medios de comunicación -que según sus visitantes-, mantienen en Nicaragua el gobierno y el empresario mexicano Ángel González.

Desean exclusividad

Desde hace rato los Chamorro de La Prensa y ahora el de Confidencial la tienen contra González. ¿Acaso buscan sacarlo del mercado para dejar solo a los programas de Carlos Fernando? ¿Intentan tal vez aplicarle la misma medicina que tenían reservada para El Nuevo Diario?

Los Chamorro, y esto ya lo hemos dicho, se creen predestinados a controlar el país a través de sus medios de comunicación, por lo que difícilmente se contentarán con la existencia de otras opciones. El apoyo foráneo que les dispensan proviene por la certeza de que estos medios de comunicación son claves a la hora de preparar sabotajes o algo mayor como un golpe de estado moderno, es decir, una “primavera árabe” o “revolución de colores”.

 

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