El mundo asiste a un resurgimiento de nuevos movimientos que reclaman y exigen una democracia directa con mayor participación en la toma de decisiones. No quieren ser sólo un voto más, ni ser representados por unos cuantos, piden ser reconocidos como sujetos de cambio y eliminar las mediaciones entre las demandas ciudadanas y lo que el poder político permite hacer.
En Venezuela, durante los últimos 15 años, el debate entre la democracia representativa y democracia participativa se ha superado y se ha concretado con la creación de una experiencia donde la comunidad es constructora de su propio destino: las comunas.
«Las comunas son un proyecto político donde el pueblo ejerce el poder en todos sus sentidos: en la producción de sus propios bienes y servicios, en la planificación de sus políticas públicas dentro de la comuna, en la ejecución», afirma Ana Marín, miembro de la comuna panal 2021.
«Creemos en un proyecto político que tiene que enmarcarse, situarse en que va a combatir y luchar contra otro proyecto que está dominando el mundo, que es el capitalista», sostiene.
A lo largo y ancho del país se han creado más de 1.000 comunas. Ellas se conforman a partir de la unificación de los llamados consejos comunales, que son organizaciones de vecinos que se unifican para decidir, de manera colectiva y de abajo hacia arriba, el destino y el desarrollo de un territorio.
«En Venezuela, a pesar de que nos han calificado como una dictadura, paradójicamente lo que hemos tenido es una diversificación de los mecanismos de participación de la gente. Yo le llamo la expansión democrática», sostiene Lorena Freitez, psicóloga social, añadiendo que «no sólo tenemos el voto, sino asamblea de ciudadanos a través de consejos comunales y comunas, carácter vinculante en la gestión (…) referéndum populares y revocatorios, cabildos abiertos, iniciativas legislativas».
El 23 de enero, uno de los barrios más populares y organizados socialmente de Venezuela, es una de las más reconocidas experiencias comunales: el panal 2021, conformado por 6 consejos comunales y 14 empresas socio productivas que benefician a cerca de 1.600 familias, unos 12.000 habitantes. «Cuando hablamos del panal hablamos de las abejas, como las abejas construyen esos panales y esa miel que se hace en colectivo, donde no hay privilegiados ni elites», indica Robert Longa, miembro de la organización.
La historia de la lucha de esta comuna se remonta al 11 de abril de 2002, cuando policías que participaron en el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, asesinaron al líder comunal Alexis González.
Desde entonces, ellos juraron que por cada muerto habría una comuna. Para ellos, la solución ante el hambre, la dominación, la desigualdad y la explotación del ser humano es el socialismo y aseguran que este ha sido el bálsamo para curar las heridas causadas por el sistema representativo que se impuso en Venezuela por más de un siglo.
Fuente: RT.