El dinero que les llega a chorros desde el exterior queda en manos de los cabecillas, y los pobres de abajo se pelean las migajas que caen de la mesa de sus jefes. Ese es uno de los dramas existentes en el Movimiento por Nicaragua (MpN), donde unos pocos se enriquecen aceleradamente, mientras la mayoría recibe una ayuda miserable.
En este documento conseguido por Nicaleaks, el administrador Juan Carlos Amador expone un caso que deja mal parados a tres activistas de menor rango, que son tratados con igual desprecio al momento de las evaluaciones, ya que el expositor del problema no confía en ninguno y recomienda sanciones diversas para todos.
La carta hecha circular entre los mandamases del MpN en 2006, es la siguiente: