Irma tampoco perdonó vidas en su paso por Cuba. Diez personas fallecieron debido a los embates del huracán, dijeron este lunes las autoridades cubanas.
Dos murieron en accidentes eléctricos, otros cinco cuando sus viviendas colapsaron. A una señora de 89 años la encontraron “flotando en el agua frente a su casa, después de la penetración del mar” en el barrio del Vedado y muy cerca del Malecón, detalló la Defensa Civil cubana en un comunicado publicado este lunes.
Otras dos mujeres encontraron una muerte increíble. Se creían a salvo en un autobús. Pero un balcón cayó del cuarto piso de un decrépito edificio en Centro Habana y aplastó el autobús. Las dos jóvenes, de 27 años, ni siquiera vivían en la capital.
Con Irma bien adentro ya de Estados Unidos, el gobierno cubano comienza a tener una idea más clara de los daños causados por el catastrófico huracán en la isla.
Irma azotó casi todo el país, inundando pueblos y ciudades y abatiendo viviendas y cultivos con vientos de huracán categoría 5. Los estragos son tan grandes que en un gesto inusual, el gobernante cubano Raúl Castro personalmente llamó a los ciudadanos a enfrentar “la recuperación con el ejemplo del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, quien con su permanente fe en la victoria y férrea voluntad nos enseñó que no existen imposibles”, en una nota publicada en el diario Granma.
Las afectaciones a la agricultura local, de por sí incapaz de abastecer a los cubanos, son “incalculables”, dijo el general Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil según Granma. Otro funcionario aseguró que “todas las instalaciones de la producción agropecuaria reportan daños, principalmente en su estructura. También los cultivos han sufrido, sobre todo los de plátano, arroz y la caña de azúcar”, Hay al menos 300,000 hectáreas de caña dañadas y cuatro mil toneladas de azúcar se mojaron.
El centro del huracán tocó tierra en la cayería norte de Camaguey y pasó muy cerca de Santa Lucía y de Varadero, en Matanzas, importantes polos turísticos en la isla. Sin entrar en detalles, Castro dijo que Irma había golpeado al sector turístico pero aseguró que “las afectaciones serán recuperadas antes del inicio de la temporada alta” que comienza en noviembre.
Decenas de líneas eléctricas caídas provocaron que tres termoeléctricas salieran del sistema, por lo que falta el fluido eléctrico en varias provincias—el gobierno no precisó cuántas personas quedaron sin electricidad. En Nuevitas, donde soplaron vientos de hasta 163 km por hora, también salieron del sistema varias unidades de la termoeléctrica de esa ciudad. La Unión Eléctrica espera restaurar el servicio en la mayoría de los lugares afectados en los próximos dos días.
El Ministerio de las Telecomunicaciones dijo que había afectaciones en 86,000 líneas telefónicas fijas.
Aún se desconoce el número de personas que se quedaron sin casas o cuyas casas fueron severamente dañadas, pero debe ser elevado, según las imágenes que trascendieron de pueblos como Yaguajay, Santa Lucía, Caibarién, Gibara y, por supuesto, de la enorme inundación en el litoral habanero.
Residentes de Centro Habana amanecieron el domingo con el agua hasta la cintura y en algunos lugares hasta el pecho. El lunes comenzarán a disminuir las inundaciones costeras que tomaron por sorpresa a los capitalinos. El gobierno comenzó las evacuaciones el sábado pero fue demasiado tarde.
Imágenes de un video en CiberCuba, muestra a residentes de solares en Centro Habana que quedaron anegados en agua lamentando haber perdido sus pertenencias. Refrigeradores, muebles y otros equipos electrodomésticos flotaban en el agua.
El gobierno no realiza estimados de los daños a la propiedad privada pero miles de cubanos perdieron lo poco que tenían tras el paso del huracán.
Todas son malas noticias para una economía que el año pasado entró en recesión y el primer semestre de este año apenas creció un uno por ciento. Con Venezuela— su principal aliado económico— sumido en una crisis política y humanitaria sin precedentes, y los suministros de petróleo pendientes de un hilo, el ministro de economía, Ricardo Cabrisas, había pronósticado que el segundo semestre iba a ser más duro. Todos los ojos estaban puestos en las elecciones que concluirían en febrero del 2018, cuando Castro anunció que se retiraría.