De golpistas, donaciones y miseria humana

Un golpe de Estado casi muerto, es el que todavía asfixia en algunos lugares del país a muchos nicaragüenses. Si aún respiran los golpistas, es debido al oxígeno que les brindan los Estados Unidos a través de su Embajada en Managua y agencias desestabilizadoras como la NED, IRI, NDI, CIA, USAID y Open Society, entre otras.

Tranques abandonados en desbandada ante el arribo de policías y pobladores, amenazas a los que intentan regresar a sus casas ya derrotados o engañados al dejar de percibir la paga diaria que les prometieron. Marchas frustradas, aliados gringos desesperados al ver como se les escapa de las manos la oportunidad de desalojar del poder al presidente Daniel Ortega y de paso exterminar al sandinismo.

¿Qué hundió a los ejecutores del “golpe suave” y a sus mentores? En primer lugar, la fortaleza del pueblo sandinista, amante de la paz y el desarrollo. Después viene la propia miasma de los golpistas: destrucción del país, mentiras de la más diversa ralea y a cual más atroces, asesinatos despiadados, secuestros, torturas, peleas intestinas, etc.

Pocos se han salvado de la maldad de la gente del MRS, sus ONG, empresarios y obispos que apoyan el golpe de Estado. Ellos comparten culpabilidad con sus financiadores y asesores extranjeros, sobre todo norteamericanos.

Casi 200 muertos, centenares de heridos y gran parte de la infraestructura productiva y pública destruida. Los Estados Unidos ya no nos deben solamente los 17 mil millones de dólares que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), le ordenó pagar a Nicaragua en 1986 por la guerra de agresión contra nuestro país. A eso hay que sumarle los mil millones de dólares que hemos perdido producto de la actual intentona golpista.

Y todavía tienen la desfachatez de pedir la devolución de cuatro camionetas y un bus donados a la Policía Nacional, dizque utilizados en “reprimir” a los golpistas, en los que han invertido millonarias cantidades en dólares a fin de prepararlos para tumbar al FSLN del poder.

No lo lograron y el mezquino acto del imperio con los vehículos donados es la mejor muestra de su impotencia. Una reacción infantil, por cierto, pero que igual deja al descubierto la naturaleza sucia de la clase gobernante de un país que insiste en querer imponer las reglas del juego en el escenario mundial.

Fue un acto de miseria humana para con una Policía que ha impedido –gracias a su eficiencia y profesionalidad-, que en Nicaragua se asienten los cárteles internacionales de la droga a como sí lo han hecho en naciones vecinas, incluyendo a Costa Rica.

Gracias a nuestros agentes, llega menos droga a la juventud norteamericana, tan adicta a las sustancias estimulantes.

Nuestras autoridades del orden interior también tienen controlado el flujo de migrantes hacia el norte, que tanto preocupa a los neofascistas potentados de Gringolandia.

Estuvieron felices cuando sus protegidos hicieron lo que les dio la gana debido a la petición de los obispos golpistas de acuartelar a la Policía. Ahora que los vándalos y delincuentes reciben lo que merecen, saltan de inmediato en contra de las autoridades.

El golpe de Estado fue derrotado, pero eso no significa que el peligro terminó. Hay mucho dinero y promesas invertidas como para que los golpistas del MRS y los grupos de empresarios y obispos que los apoyan se den por vencidos.

Ahora irán por el adelanto de elecciones  en el menor tiempo posible, pese a que la OEA y otros organismos internacionales han insistido en que se respete la Constitución y la institucionalidad. Un plebiscito, parece ser la última carta que se sacaron de la manga.

Pero tampoco avanzarán con sus imposiciones en la mesa del diálogo. Estas son patadas de ahogados de los golpistas, que creyeron que con el alzamiento de grupos violentos de estudiantes previamente adiestrados en algunas universidades, el pueblo de Nicaragua se insurreccionaría en contra del gobierno sandinista.

Ha ocurrido todo lo contrario y es por eso que los golpistas y sus patrones gringos, recurren a cualquier bajeza a fin de dañar de alguna manera a la población que les dio las espaldas. Hay que insistir en la lucha por la paz y en el destierro de la violencia para siempre.

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *