Derecha latinoamericana inventa y difama

La derecha en Latinoamérica aún no es capaz de asimilar que los movimientos progresistas de izquierda han asumido varias primeras magistraturas de la región, por lo que se da a la tarea de usar  cualquier tipo de artificio con tal de desprestigiar a estos gobiernos electos a través del voto popular.

 

Ahora el turno de difamar le toca a una empresa denominada Centro de Estudios Analíticos de Latinoamérica (Casla), que presentó un “informe” en el que acusa a Nicaragua, Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador como gobiernos “violadores” de los derechos humanos, utilizando exclusivamente como punto de referencia a “personalidades” de la oposición.

El colmo de esta manipulación de la información es que en la presentación de este “informe”, realizado en la Eurocámara ubicada en Bruselas por el grupo liberal ALDE, una asociación conocida como Ven-Europa, distribuyó una lista de firmas en apoyo al triunfo del candidato de la oposición en Venezuela y al premio Sájarov a la Libertad de Conciencia.

Perico de los palotes

Está claro que la falta de profesionalismo en el “estudio” está compensada por el interés de denigrar a nivel internacional a los Estados mencionados, además de convertirse en un vocero de quienes pretenden desestabilizar a los Gobiernos de esos países, al exponer solamente declaraciones de personajes reacios al sistema, sin tomar en cuenta la parte oficial.

Por ejemplo, en el caso de Nicaragua aparece en el “informe” una persona de nombre José Antonio Peraza (¿?), quien dice ser, y así lo presentan, un “politólogo y columnista liberal”, hablando con mucha ligereza, sin ser alguien reconocido en el país como un “experto” en nada, mucho menos en materia de derechos fundamentales.

El mismo proceder se hizo con Venezuela, contra el que la propia directora ejecutiva de Casla, empresa que hizo el “estudio imparcial”, despotricó contra el Gobierno del presidente Maduro. Con Cuba manipularon la recién apertura de relaciones con los EEUU para llenarse la boca hablando sobre derechos humanos. La misma historia ocurrió con Ecuador y Bolivia.  

    

  

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