El “entusiasmo” de los dueños del Grupo CINCO por los fondos recibidos por primera vez de parte de la National Endowment for Democracy (NED), deja en evidencia la pérdida total de escrúpulos de Carlos Fernando Chamorro, Sofía Montenegro y resto de elementos involucrados en el diario enfrentamiento contra el sandinismo.
La NED, como es sabido, es un brazo de la Central de Inteligencia Americana (CIA), en su labor desestabilizadora en contra de gobiernos considerados hostiles a los grupos de poder de Estados Unidos. Ha jugado un papel decisivo, junto a otras ONG financiadas por la ultraderecha norteamericana, en los denominados “golpes suaves” que han propiciado la caída de gobiernos populares con un alto costo en vidas inocentes.
Es, pues, la NED, un engendro vil de la política estadounidense, entronizado ahora en grupos opositores nicaragüenses cuyos propietarios utilizan el membrete de “organismo no gubernamental” como fachada.
La ayuda otorgada a Carlos Fernando Chamorro y Sofía Montenegro, está diseñada a la medida de sus actividades conspirativas. La NED se asegura de que el dinero que les hace llegar pueda ser triangulado hacia otros grupos opositores. Ese es uno de los papeles asignados al director/dueño de CINCO, Chamorro Barrios.
Este documento en poder de Nicaleaks, permite conocer una de las formas de operar de CINCO y otras agrupaciones progringas como la Fundación Violeta de Chamorro:
