El exdirector del FBI aborda la presunta interferencia rusa en las elecciones de 2016 en sus primeras declaraciones públicas desde que fuera apartado del cargo el pasado mes de mayo.
James Comey hace sus primeras declaraciones públicas desde que fue separado del cargo de director de la Oficina Federal de Investigación de EE.UU. (FBI), en una audiencia pública ante el Congreso de EE.UU. en la que se refiere a las razones de su despido, los encuentros que mantuvo con el presidente Donald Trump y la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
«[Trump] me había dicho repetidamente que estaba haciendo un gran trabajo y que esperaba que me quedara», señala Comey. «Así que fue confuso cuando vi en televisión que el presidente me despidió por la investigación de Rusia», explicó, agregando que su salida del cargo «alivió una gran presión» sobre dicha investigación.
Con respecto a las razones con las que la Administración Trump justificó su despido, el exjefe de la Oficina fue claro: «esas fueron mentiras, simples y sencillas mentiras». Comey procedió a lamentar que, una vez fuera del puesto, «la [Casa Blanca] eligió difamarme y —más importante aún— al FBI».
Las conversaciones con Trump
Según el testimonio que previamente envió al Comité de Inteligencia del Senado, Comey conversó con el mandatario un total de nueve veces en el transcurso de cuatro meses —tres en persona y seis por teléfono— antes de su abrupto despido el pasado 9 de mayo. El extitular del FBI decidió llevar un registro detallado de cada una de las conversaciones ya que, según reconoce, «honestamente me preocupaba que fuera a mentir».
Trump no era investigado
La primera de ellas fue cara a cara y se llevó a cabo el 6 de enero en la Trump Tower neoyorquina. En esa ocasión, «sin que Trump hiciera directamente la pregunta», Comey ofreció «garantías» al entonces presidente electo de que no estaba siendo investigado por el FBI, «cosa que era cierta».
Lealtad honesta
El 27 de enero, ambos funcionarios compartieron una incómoda cena en la Casa Blanca en la que se abordó el futuro de Comey a la cabeza del FBI. Según el testimonio, durante la cena Trump hizo preguntas «extrañas» a Comey acerca de su voluntad de permanecer en el cargo y posteriormente pidió «lealtad honesta» al ahora exdirector del FBI.
El escándalo de Flynn
Los informes del FBI sobre la presunta interferencia rusa en las pasadas elecciones presidenciales estadounidenses generaron un escándalo que terminó con la dimisión del asesor de Seguridad Nacional de Trump, Michael Flynn. En la siguiente reunión, sostenida el 14 de febrero en la Oficina Oval, Comey afirma que el mandatario le pidió «dejar pasar» la investigación sobre el exasesor, cosa que el FBI decidió provisionalmente mantener en secreto.
Comey señala que durante esa sesión Trump realizó algo que «nunca debería suceder»: pidió al fiscal general Jeff Sessions –entonces jefe de Comey– que abandonara la Oficina Oval para que el presidente discutiera el asunto de Flynn con Comey en privado. El exdirector escribió posteriormente a su jefe acerca del «inapropiado» comportamiento del mandatario, pero Sessions «no respondió».
La «nube» rusa
En conversaciones telefónicas posteriores a estos encuentros, Trump calificó la investigación sobre Rusia como «una nube» que obstaculizaba su mandato y aseguró que «no había hecho nada malo», además de buscar la forma de asegurarse «de que no lo estábamos investigando».
Comey procedió a pedir orientación al respecto al Departamento de Justicia, pero no recibió respuesta hasta que el presidente llamó de nuevo. «He sido muy leal con usted, muy leal», le dijo Trump. «Había algo entre nosotros», dijo el mandatario según lo citó Comey. Este aseguró que no preguntó a qué se refería con «algo». «Esa fue la última vez que hablé con el presidente Trump», concluyó el exdirector del FBI.