Estas bebidas causan la mitad de los fallecidos por este tumor en Europa central y oriental.
La relación entre consumo de alcohol y el desarrollo de cáncer es cada vez más evidente para la ciencia, pero no tan conocida entre la población. Entre otras cosas, por los esfuerzos de la industria por confundir a los consumidores. De entre todos los tipos de cáncer, el de hígado es de los que más se asocian con estas bebidas. Y, siendo de los más mortíferos, resulta ser un tipo de tumor que podría causar muchas menos penurias si se actuara debidamente para prevenirlo.
Un exhaustivo análisis del alcance del cáncer de hígado en todo el mundo muestra que en un solo año, 2015, se llevó por delante la vida de 810.000 personas (de 854.000 casos). De estas muertes, en torno al 30% tenían como detonante el consumo de alcohol, según un estudio que publica JAMA Oncology. Esto es, casi 250.000 muertes en los 195 países estudiados, de las que más de 200.000 serían hombres. Aquí es donde el alcohol demuestra ser un factor cultural de mortalidad: el 53% de las muertes por cáncer de hígado de Europa del Este son por culpa de la bebida, el 46% en Europa Central y el 32% en Europa Occidental (más de 15.000 personas).
«La principal importancia de nuestros hallazgos es que el cáncer de hígado sigue siendo una causa importante de muertes por cáncer en muchos países a pesar de la disponibilidad de estrategias preventivas eficaces», explica a Materia la principal autora del estudio, la doctora Christina Fitzmaurice, de la Universidad de Washington. Casi un tercio de las muertes se deben alcohol, una causa que se podría atajar. Pero es que otro tercio se debe al virus de la hepatitis B y el 21% al de la hepatitis C. «Ahora se puede prevenir la hepatitis B con la vacunación y la hepatitis C se puede tratar con éxito», señala Fitzmaurice.
El cáncer de hígado es el cuarto tipo de tumor que más muertes provoca globalmente a pesar de que sus tres causas principales son «altamente prevenibles o tratables», según concluye el estudio.
«El abuso del alcohol sigue siendo un factor de riesgo importante para el cáncer de hígado y los tratamientos actuales para el alcoholismo no son muy eficaces», lamenta la oncóloga. Fitzmaurice considera que además de desarrollar mejores tratamientos, las estrategias de prevención para el alcohol deben centrarse tanto en la política sanitaria como en la educación. Del estudio se deduce que la incidencia del alcohol como factor detonante ha crecido desde 1990 si se ajustan las variables demográficas.
En los últimos años se ha demostrado que el consumo de alcohol aumenta el riesgo (o la probabilidad) de contraer algunos tipos de cáncer. No todo el que bebe alcohol desarrollará un tumor, pero estudios cada vez más concluyentes muestran que algunos cánceres son más comunes en las personas que beben alcohol, incluso a partir de un consumo moderado. Quienes beben incluso niveles bajos de alcohol tienen mayor riesgo de contraer cáncer de boca, esófago, garganta y mama que las personas que no beben alcohol en absoluto. Los cánceres de hígado y páncreas son más comunes en las personas que beben con exceso.
El estudio muestra que la incidencia del cáncer de hígado ha crecido un 70% en los últimos 25 años, esencialmente debido al envejecimiento y al aumento de la población. Una gran mayoría de los casos se da en países ricos, siendo Japón uno de los más castigados.