Nil Nikandrov *
* Es de conocimiento general que los servicios de inteligencia norteamericanos llevan a cabo una intensa vigilancia sobre Daniel Ortega. Pero él asume una actitud indiferente frente a esto –como lo hizo alguna vez Hugo Chávez—debido a que él no tiene cuentas bancarias secretas en el extranjero y carece de inclinaciones cleptómanas.
El pasado 14 de junio un grupo de norteamericanos fue deportado luego que las autoridades estimaron que sus actividades eran lo suficientemente sospechosas. Dos de ellos trabajan para la agencia de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos y trataron de «inspeccionar» la labor de la institución aduanera nicaragüense sin el debido permiso del gobierno nicaragüense.
Ellos habían también iniciado las acciones para obtener información en torno a embarques de equipo militar proveniente de Rusia, cosa que incluye planes para la importación de tanques T-72. La embajada norteamericana en Managua protestó por las expulsiones y explicó que sus «inspectores» estaban interesados en los sitios de acceso restringido sencillamente como parte de su misión de combatir el terrorismo internacional.
También fue deportado del país Evan Ellis, profesor de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, quien había arribado a Nicaragua al mismo tiempo que los «inspectores» y al igual que ellos se hospedaba en el hotel Hilton Princess. A juzgar por el número de sus publicaciones, el nivel de producción académica de Ellis es extraordinariamente alto. Su investigación, que por lo general emplea la terminología hostil de la Guerra Fría, se enfoca principalmente en los avances logrados por China y Rusia en los países de América Latina y del Caribe.
En Nicaragua, Ellis estaba interesado en el canal interoceánico en construcción en ese país. El profesor sostiene haber preparado su visita a Managua como un ciudadano privado y que él había sostenido conversaciones preliminares en preparación de su viaje con la embajadora de Estados Unidos en Nicaragua, con el presidente de la Autoridad del Gran Canal, Manuel Coronel Kautz y con varios otros altos funcionarios nicaragüenses. Se programaron reuniones con funcionarios de gobierno, hombres de negocios, diplomáticos, periodistas y activistas sociales con el objeto de recabar informaciones en torno al canal.
No obstante, el profesor no logró estar ni siquiera veinticuatro horas en Nicaragua. Antes de ser deportado, Ellis solo tuvo tiempo para visitar una exposición de fotografías patrocinada por el Consejo Nacional para la Defensa de la Tierra el Lago y la Soberanía –se trata de una organización no gubernamental ONG que está contra la construcción del canal-. Esa misma tarde, agentes de inmigración llegaron a la habitación de Ellis y le informaron que puesto que no tenía autorización oficial para realizar una investigación sobre el canal transoceánico debía salir del país de inmediato. El norteamericano terminó en el siguiente vuelo hacia Estados Unidos.
Luego de la expulsión, Ellis perdió la compostura y estalló a través de Internet. Todas sus acusaciones hacen eco a la posición de Washington que es hostil a la construcción del Canal de Nicaragua, posible competidor del Canal de Panamá, que está extra oficialmente bajo el control de Estados Unidos.
Ellis principalmente cuestiona la factibilidad del proyecto señalando que «el gobierno nicaragüense ha manejado el proyecto del canal bajo un manto de secretismo, posiblemente con el objeto de ocultar los beneficios personales apartados para aquellos que participan en el lado nicaragüense».
Para Ellis, la deportación de los diplomáticos ha sido un indicio que «la estrategia del compromiso constructivo y respetuoso con el régimen nicaragüense no está funcionando». Por lo tanto, en vísperas de las elecciones nicaragüenses el mes de noviembre, el gobierno norteamericano, «tiene dos aspectos, el derecho y la obligación moral de trabajar con la sociedad civil para promover una democracia significativa».
Para Ellis el rechazo a recibir observadores del gobierno norteamericano o del Centro Carter para monitorear las elecciones nicaragüenses es un acto que «socava la democracia». De tal modo que ahora él pide a Estados Unidos intervenir con el objeto de impedir que Nicaragua finalmente degenere en un régimen autoritario al «estilo de Venezuela». Señalando hacia el posible «comportamiento delincuencial» de los dirigentes nicaragüenses.
Ellis apunta a la necesidad que ellos sean constantemente monitoreados por las agencias policiales de Estados Unidos. Su informe incluye algunos tonos amenazantes. «Aquellos vinculados con el crimen organizado internacional o enriqueciéndose a costa del pueblo nicaragüense no escaparán a la justicia para vivir con sus ganancias mal habidas una vez que dejen el poder».
Existe una buena razón para que Ellis proponga esta clase de supervisión puesto que los dirigentes Sandinistas constituyen una irritación incesante para el gobierno de Obama. Es de conocimiento general que los servicios de inteligencia norteamericanos llevan a cabo una intensa vigilancia sobre Daniel Ortega.
Pero él asume una actitud indiferente frente a esto –como lo hizo alguna vez Hugo Chávez—debido a que él no tiene cuentas bancarias secretas en el extranjero y carece de inclinaciones cleptómanas.
Otro motivo para el ataque contra el «régimen de Ortega» es la cooperación técnica y militar con Rusia. Esta es otra área donde Ellis hace hincapié sobre la necesidad de una vigilancia continua. Por ejemplo, el Centro de Entrenamiento Militar «Mariscal Zhukov» ¿cuál es su verdadero propósito? ¿Está siendo sencillamente utilizado para el entrenamiento de los soldados del ejército?
Otro ejemplo, el envío de dos lanchas misilísticas y cuatro guardacostas a Nicaragua. ¿Por qué tantos? ¡Rusia claramente ha lanzado una carrera armamentista de magnitud sin precedentes en las aguas del Mar Caribe y el Océano Pacífico! Ellis también está preocupado por la entrega de los modernos tanques T-72B1 a Nicaragua. Llegaron veinte tanques en un primer envío y los tanquistas nicaragüenses podrán esperar unos cincuenta vehículos blindados hacia finales de este año.
Ellis recomienda trabajar más activamente con los vecinos de Nicaragua como Costa Rica. No queda totalmente claro a qué específicamente se refiere el profesor norteamericano con este ejemplo. ¿Querrá decir que hay que ayudar a la pacífica nación de Costa Rica a desarrollar un ejército estable en gran escala? ¿O tal vez que el Pentágono construya su próxima base militar en el territorio de ese país?
El pasado mes de diciembre las obras del canal transoceánico fueron suspendidas hasta el mes de agosto de este año. La postergación se precipitó debido a dificultades financieras del contratista principal, un consorcio conocido como HK Nicaragua Canal Development Investment Co., con base en Hong Kong.
Ellis señala que este mega proyecto no ha avanzado mucho desde que se inició la construcción de la infraestructura, es decir, dos puertos de aguas profundas que no han sido construidos como tampoco los almacenes y las maestranzas para producir los materiales de construcción cuya terminación estaba pautada para el mes de abril de 2016.
Por otra parte, las organizaciones no gubernamentales, ONG ambientalistas están trabajando cada vez con mayor vigor estimuladas por Estados Unidos para aprovechar las protestas de los campesinos, quienes repentinamente están preocupados acerca de la tala de los bosques cercanos al Lago Nicaragua y a los ríos Brito y Las Lajas.
Con la ayuda de expertos como Ellis, los medios de prensa pro norteamericanos están tratando de persuadir a los nicaragüenses que el canal es solo «propaganda Sandinista» y que su construcción es abrumadoramente compleja. Por la misma razón, los medios de prensa de Estados Unidos como también los medios latinoamericanos bajo control norteamericano, brindan preeminencia en su cobertura a los esfuerzos por poner al día el Canal de Panamá.
La razón es clara, en el Hemisferio Occidental no se necesitan alternativas al Canal de Panamá ya que este es capaz de «resolver casi todos los problemas» del comercio Asia-Estados Unidos el cual incluye una capacidad de aceptar navíos de 14 mil toneladas de desplazamiento. Luego entonces, surge el correspondiente cuadro: el Cosco Shipping Panama, barco chino de contenedores, ha navegado exitosamente a través de las nuevas esclusas del Canal de Panamá.
En vísperas de las elecciones en Nicaragua, Washington está haciendo todo lo posible para socavar la posición de Daniel Ortega, quien una vez más ha sido nominado para la presidencia por el partido Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN. Esto explica por qué toda clase de emisarios y expertos están siendo despachados hacia ese país.
La quinta columna nicaragüense está aislada y necesita ayuda. Ciudadanos de países latinoamericanos son a menudo empleados para brindar ese apoyo. Por ejemplo, Viridiana Ríos, mexicana, funcionaria del Wilson Center en Washington, DC huyó de Nicaragua presa del pánico luego que los norteamericanos fueron deportados debido a que ella sintió que estaba siendo seguida.
Ella sostiene haber estado reuniendo información acerca de los problemas de la seguridad pública y la violencia. Varios de sus estudios han sido utilizados por la CIA, la DEA y el FBI, por lo tanto había cierta razón para su pánico y consiguiente huida. Un grupo latinoamericano de estudiantes ambientalistas que fue detenido al sur de Nicaragua, estuvo también al centro de algunos incidentes sospechosos. Aparentemente, estos «ambientalistas» les estaban enseñando a los aborígenes el uso de explosivos.
La expulsión de estos provocadores extranjeros es un indicativo de que los Sandinistas no permitirán la desestabilización de su país. De ahí la histérica campaña en los medios internacionales acerca de la «dictadura de Ortega».
El desarrollo socioeconómico de Nicaragua: Los nicaragüenses han mejorado el nivel de vida y la estabilidad y seguridad en el país (en comparación con el aumento de la delincuencia en la mayoría de los países centroamericanos) todo lo cual puede ser atribuido al presidente Daniel Ortega.
Él es el leal defensor de los intereses de Nicaragua en el plano internacional y disfruta del apoyo de la vasta mayoría de los nicaragüenses. A esto se debe que las actividades subversivas de los servicios de inteligencia de Estados Unidos y su «estrategia del caos» no funcionarán en Nicaragua.
* Periodista y analista político.