El golpe de Estado contra Mel Zelaya

* Hillary Clinton reconoció que cómo Secretaria de Estado de la administración Obama, apoyó la asonada golpista. A Zelaya le inventaron una renuncia falsa para que el Congreso impusiera un mandatario de facto

 La madrugada del 28 de junio de 2009, un escuadrón militar asaltó la residencia del entonces presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya. El Jefe de Estado fue secuestrado, lo trasladaron a la base aérea de Tegucigalpa y posteriormente lo expulsaron del país, dejándolo en la vecina Costa Rica.

Zelaya había sido electo con 49,9% de los votos por el tradicional Partido Liberal de Honduras. Sin embargo el desarrollo de su gobierno no fue el de siempre. No se plegó a las órdenes de Washington ni aceptó que su país fuese base para operaciones de injerencia en otras naciones centroamericanas, tal como había ocurrido durante la primera etapa del gobierno sandinista en Nicaragua, cuando los gobiernos de Estados Unidos usaban su territorio para armar a los llamados “contras” que procuraban el derrocamiento de Daniel Ortega.

¿Qué hizo diferente al gobierno de Zelaya del resto?

Zelaya dio los primeros pasos para una reforma agraria en el país. Además impulsó el ingreso de Honduras a las organizaciones de integración más avanzadas de la región, la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) y a Petrocaribe.

Pero el miedo de la derecha regional y de Washington se multiplicó, cuando el mandatario propuso una consulta para que el pueblo opinara si estaba de acuerdo o no con la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. Ni siquiera era vinculante el resultado, era más bien una encuesta de voto popular. Aun así despertó el terror de los poderosos, los mismos que contaban con el apoyo de la Casa Blanca, de los grandes grupos económicos, de los medios de comunicación y de amplios sectores de las fuerzas armadas que siempre estuvieron bajo el entrenamiento y la doctrina militar estadounidense.

En una entrevista hecha por Ayelén Oliva y divulgada por el canal Telesur, el 5 de julio de 2015, Zelaya afirmaba: “Cuando gané llegó el embajador de Estados Unidos y me entregó la lista de mi gabinete. Yo me rebelé contra eso. A la semana siguiente, llegó un pedido de asilo político a través de mi canciller Jiménez Puerto para Luis Posada Carriles, terrorista internacional, acusado de grandes crímenes. Al poco tiempo me pidieron que me alejara de Hugo Chávez. Después de eso, a los tres años me quitaron del gobierno. Si quieres conocer la situación de Honduras, tienes que investigar los planes norteamericanos y ahí entiendes todo lo que está pasando”.

Una falsa renuncia como la de Chávez en 2002

“Una madrugada, escondida debajo de mi cama, escuchaba los disparos de cientos de gorilas que forzaban su entrada para secuestrar la democracia. En este álbum recopilé algunas fotografías de lo que los medios tradicionales ocultaron, una historia de conspiración y traición que comienza en el 2005, con la negación de LOBO de aceptar su derrota. Agradeceré agreguen en sus mensajes fotografías y comentarios para continuar ilustrando la barbarie que se apoderó de Honduras ese 28 de junio del 2009, y así continuaremos escribiendo juntos esta historia…”, así recordó Xiomara Zelaya, hija del Jefe de Estado, los sucesos que truncaron los anhelos de cambio del pueblo hondureño.

La mayoría en el Congreso hondureño era cómplice del golpe en marcha. De inmediato sesionaron para considerar una “renuncia” del presidente Zelaya fechada en 25 de junio. El documento falso no fue objeto de proceso de verificación alguno. Sobre la mentira votaron la designación de un nuevo presidente interino (dictador), resultando el escogido Roberto Micheletti. A falta de creatividad, el imperio pone la fuerza bruta, la falsa renuncia presidencial, era la misma treta que trataron de utilizar en Venezuela en el año 2002 para legitimar el golpe contra el presidente Hugo Chávez.

Los militares habían decretado toque de queda, ocupado y cerrado a los medios que no se plegaran a la asonada golpista. Aún ante la feroz represión, el pueblo se movilizaba, se concentraba en las plazas. Con Manuel Zelaya era la primera vez que las grandes mayorías del pueblo hondureño se sentían incluidas en la historia contemporánea, a pesar que no se había avanzado todo lo que hubiese sido necesario en la erradicación de la pobreza y de la enorme desigualdad social del país.

Un 5 de julio se preveía que Manuel Zelaya regresara al país acompañado de José Miguel Insulza, entonces secretario general de la OEA y de Cristina Fernández, quien era la presidenta argentina para la época, miles de personas se movilizaron al aeropuerto de Tegucigalpa a recibirlo, pero fueron reprimidos a balazos por los golpistas.

Con el apoyo de los grandes medios de comunicación y de los fusiles, el régimen condujo al país a elecciones, para con ello intentar lavar su rostro ante la comunidad internacional. Los comicios se realizaron sin las garantías correspondientes de transparencia y equilibrio.

T/ Chevige González Marcó

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