El “golpe suave” y los “guerrilleros del celular”

La intentona golpista de la semana pasada fracasó, pero los cabecillas no se han desmovilizado. Están activos desde 2007, cuando el FSLN retornó al poder y empezaron a recibir centenares de miles de dólares de organismos de Estados Unidos que representan a las fuerzas más oscuras de dicha nación.

A partir del derrumbe de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín, el capitalismo mundial creyó que la lucha por la reivindicación de los pueblos había terminado. Al resurgir en América Latina algunos gobiernos progresistas, se activaron también de inmediato los mecanismos para destruirlos.

La CIA, NED, IRI, NDI, Soros, USAID, entre otros, y políticos norteamericanos de la ultraderecha como Ileana Ros-Lehtinen, constituyen el soporte del MRS y las ONG opositoras en Nicaragua. Unos aportan dinero a raudales, a la par del asesoramiento para la conspiración, mientras los otros presionan ante el congreso y gobierno gringo para que sancionen y si es posible tumben al gobierno del presidente Daniel Ortega.

Ahora esgrimen a los estudiantes muertos como la prueba de que vivimos en una dictadura. Estos muchachos, lanzados en violencia desenfrenada contra quien se les pusiera enfrente, son los mártires que venían buscando desde hace más de una década a fin de usarlos como bandera en contra del gobierno que odian con todas las fuerzas de su ser.

Armas “hechizas”, piedras, palos, tubos y otros objetos fueron utilizados para atacar a los policías y a los miembros de la JS que se opusieron al golpe de Estado. La violencia engendra violencia y ahí están los funestos resultados. Valiosas vidas perdidas, pero como no son nada de ellos, las ansias de sangre siguen como al comienzo y algunos continúan haciendo vehementes, casi desesperados llamados a que continúen los enfrentamientos.

En los años 90 del siglo pasado, cuando los padres de algunos de los muchachos que ahora adversan al FSLN luchaban por preservar las conquistas revolucionarias, se habló de “desarmar el lenguaje” debido a la virulencia de los ataques verbales de los bandos en conflicto.

Hoy, quizás el llamado debe ser a “desarmar los celulares”. La situación que se dio esta vez es incluso más peligrosa que las que se dieron en décadas anteriores, cuando se conocía quién era el que te atacaba.

El laboratorio para lo que se nos vino encima con lo del INSS fue el incendio en la reserva Indio Maíz. Culparon al gobierno como si la mano del mandatario hubiera encendido el fósforo que empezó la deflagración. Las redes sociales se “incendiaron” más que la propia reserva silvestre acusando a presidente Ortega, y cuando se supo la verdad, a ninguno de los conspiradores le interesó limpiar su alma virtual de todas las calumnias vertidas.

Antes habían “experimentado” con el canal interooceánico.

Es que el MRS y sus ONG opositoras han entrenado a sus seguidores en técnicas del “golpe suave”, que incluyen el uso alevoso de los celulares para sembrar calumnias y hacer llamados a la violencia amparados en perfiles falsos. Fue lo mismo que ocurrió en naciones donde se aplicó el “golpe suave”, “revolución de colores” o “primavera árabe”.

Los impulsores de esta sangrienta técnica disfrazada de “incruenta”, ahora se jactan de ser ellos los que entrenaron a los jóvenes, gracias a los millones de dólares que reciben cada año desde Estados Unidos y Europa.

La fachada ha consistido en utilizar ONG que impulsan proyectos sociales, ambientalistas, religiosos y de otro tipo. En algunos casos han sido más abiertos y los “cursos” brindados han tenido que ver con la “defensa” ante situaciones como la vivida la semana pasada. ¿Les habrán dicho que ellos mismos las promoverían?

En Nicaleaks desde hace varios años veníamos advirtiendo sobre la conspiración en curso, lo que provocó reacciones agresivas de parte de algunos de los señalados e incluso acusaciones ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la OEA, que por cierto se apresuró a condenar los hechos violentos de la semana pasada, culpando al gobierno.

Parte del plan es oponerse contra todo lo que haga el gobierno, incluso el intento de magnas obras como el canal interoceánico que sacaría de la pobreza al país y lo pondría en el derrotero del desarrollo económico.

El MRS y sus ONG, con el acompañamiento de LA PRENSA, Confidencial y otros medios de comunicación, lograron engañar a un grupo de campesinos con el cuento de que les quitarían sus tierras, guiándolos hacia conflictos violentos contra la Policía a fin de buscar los mártires que ahora creen tener para acorralar al gobierno sandinista.

Son dolorosas las muertes de tantos muchachos, algunos estudiantes, otros policías y hasta un periodista. Sin embargo, a los propiciadores de la violencia parece no importarles. Igual ha ocurrido en los países donde han dado golpe de Estado empezando con el eufemismo del “golpe suave”.

La verdad es que no tienen nada de “suaves”. Esos experimentos, basados en las teorías del anticomunista gringo, Gene Sharp, han tenido resultados trágicos en los países donde han logrado triunfar. Los enfrentamientos entre grupos antagónicos no han cesado en muchos años y miles de personas han perdido la vida.

Esperemos que se imponga la cordura. En Nicaragua, el odio extremo transmitido ahora por el mundo virtual, debe dar paso a nuevas formas de entendimiento. Los “guerrilleros” del celular deben guardar sus aparatos y dejar de azuzar a jóvenes que se levantaron en defensa de la pensión de sus padres y fueron lanzados por los cabecillas de la fracasada intentona golpista a la violencia extrema.

 

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